La cubana García Marruz recibe en su 88 cumpleaños el regalo del Premio Reina Sofía de Poesía

  • "La poesía es la vida mía, no tengo otra", afirmó la poetisa.
  • Ha sido homenajeada en el Centro de Estudios Martianos.
  • Marruz fue esposa del también poeta Cintio Vitier.
García Marruz, rodeada de compañeros y amigos, este jueves en La Habana.
García Marruz, rodeada de compañeros y amigos, este jueves en La Habana.
AGENCIAS
García Marruz, rodeada de compañeros y amigos, este jueves en La Habana.

En el día de su 88 cumpleaños, la escritora cubana Fina García Marruz celebró en La Habana el regalo del Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, que agradeció emocionada en nombre de sus vínculos con España y de una vida dedicada a la literatura.

"(La poesía) es la vida mía, no tengo otra", afirmó García Marruz, tras ser homenajeada por amigos y compañeros de trabajo en el Centro de Estudios Martianos (CEM) de La Habana, institución a la que considera su "segunda casa".

Rodeada de imágenes del independentista cubano José Martí y del poeta español Juan Ramón Jiménez, García Marruz festejó su aniversario y el premio en la oficina que compartió durante años con su esposo, el también poeta e intelectual Cintio Vitier (1921-2009).

Conocida por su modestia ante los homenajes y su timidez con la prensa, la escritora recibió allí a periodistas, contestó llamadas de felicitación, agradeció regalos, y fue aplaudida en un breve acto por todo el personal del CEM. "Me he quedado sin palabras. No sé cómo agradecer este reconocimiento que es también un reconocimiento a Orígenes, a Cintio, a Lezama Lima, a Julián Orbón", indicó.

Según explicó, tiene "motivos muy especiales para sentir" el Reina Sofía como un premio más querido "que ningún otro", porque está ligado a España y al momento en que conoció en 1936 en La Habana a Juan Ramón Jiménez y su esposa Zenobia Camprubí, cuando aún era una adolescente.

"Vinieron de la tragedia de la Guerra Civil Española y nos trajeron la dicha. A ellos les debo haberme casado con quien me casé", recordó García Marruz, quien suele hablar de su esposo Cintio Vitier en presente. Actualmente prepara las obras completas de su marido. Destacó que gracias a Jiménez existe su larga familia de hijos, nietos y bisnietos, y de él aprendió la costumbre de distinguir "lo verdadero de la palabra" para poder valorar la poesía.

"Se puede leer un poema bueno sin saber qué es la poesía. Uno la lee como quien ve una película y sigue la historia, pero no conoce la esencia. Se puede leer un poeta bueno, como si fuera un poeta malo", apuntó García Marruz, quien en su infancia se inició leyendo los versos de Bécquer copiados por su madre en libretas de pasta.

Aunque confesó que en los últimos tiempos ha tenido algunos problemas de salud, García Marruz apareció con buen semblante, animada y dispuesta a ofrecer todas sus entrevistas de pie. Vestida de blanco y con su habitual sobriedad, se unió alegre al improvisado festejo del CEM, donde le cantaron felicidades y le ofrecieron una tarta, tras entregarle una sencilla rosa amarilla "como a ella le gusta".

De acuerdo con sus colegas del CEM, García Marruz no ocupa ningún puesto en esa institución porque "Fina es Fina" y nunca aceptaría "cargos y honores", pero subrayaron que todos los días trabaja unas cinco horas en la oficina y luego continúa en la biblioteca de su casa en el barrio habanero de El Vedado.

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