Detenido en Eskoriatza (Gipuzkoa) por saltarse un control y casi triplicar la tasa de alcoholemia

Un joven de 26 años ha sido detenido en Eskoriatza acusado de un presunto delito contra la seguridad vial por saltarse un control preventivo a la salida del peaje de la AP-1, realizando una maniobra ilegal de cambio del sentido con las luces apagadas y fugándose a gran velocidad. El acusado, que se resistió a su detención después de ser interceptado en una persecución llevada a cabo por varias dotaciones de la Ertzaintza, casi triplicaba la tasa de alcoholemia.

Un joven de 26 años ha sido detenido en Eskoriatza acusado de un presunto delito contra la seguridad vial por saltarse un control preventivo a la salida del peaje de la AP-1, realizando una maniobra ilegal de cambio del sentido con las luces apagadas y fugándose a gran velocidad. El acusado, que se resistió a su detención después de ser interceptado en una persecución llevada a cabo por varias dotaciones de la Ertzaintza, casi triplicaba la tasa de alcoholemia.

Según ha informado el Departamento vasco de Interior, el incidente tuvo lugar sobre la una de la madrugada del lunes, cuando varias patrullas de la Ertzaintza adscritas a la comisaría de Bergara se encontraban realizando un control preventivo de seguridad ciudadana, convenientemente señalizado e iluminado, a la salida del peaje de la autopista AP-1 en Eskoriatza (Gipuzkoa).

A esa hora, los agentes observaron que un turismo BMW, modelo 316, circulaba procedente de Vitoria en sentido al peaje de salida. Al acercarse al lugar, el conductor del vehículo se percató de la existencia del control policial al otro lado del peaje, por lo que procedió a parar de forma brusca el vehículo, apagó las luces del coche, realizó una maniobra de marcha atrás y después accedió mediante una maniobra incorrecta al carril del sentido contrario abandonando el lugar a gran velocidad.

Ante esta maniobra, tres vehículos policiales que se encontraban en el control accionaron las luces de emergencia e iniciaron la persecución del turismo y tras colocarse detrás del vehículo fugado indicaron a su conductor mediante señales luminosas para que detuviera su marcha, consiguiendo finalmente que el turismo parara en el arcén.

A continuación, los agentes ordenaron al conductor en repetidas ocasiones para que saliese del coche pero éste hizo caso omiso a las indicaciones de los ertzainas y se negó a colaborar con la Ertzaintza. Ante la activa resistencia que oponía el conductor, los agentes se vieron obligados a sacarle del coche percibiendo en ese momento el fuerte olor a alcohol que despedía y que presentaba signos evidentes de ir bajo la influencia de bebidas alcohólicas.

Los agentes procedieron a su detención por un presunto delito contra la seguridad vial y en las pruebas de alcoholemia realizadas, el arrestado arrojó tasas de alcohol positivas de 0,71 y 0,66 miligramos de alcohol por litro de aire espirado cuando el máximo establecido se encuentra en 0,25 miligramos de alcohol por litro de aire espirado.

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