La localidad leonesa de Jiménez de Jamuz acogerá hoy el tradicional Vía Crucis Viviente, una simbiosis de "lo sacro y lo folclórico" que se remonta al año 1976, momento desde el cual se celebra La Pasión de Cristo.

En aquel año, un grupo de jóvenes se empeñó en recuperar una tradición que estuvo al borde de la desaparición, de manera que se optó por escenificar la Pasión de Cristo con personajes reales. Así, desde ese mismo año varió el concepto que los jiminiegos tenían de la Semana Santa.

Esa primera representación tuvo un "éxito rotundo" y se convirtió en un acto serio y emotivo. Ya en los años 80, este acto permitió llevar el nombre de Jiménez de Jamuz a todos los lugares de la provincia y a partir de entonces pasó a llamarse Vía Crucis Viviente. En 1980, más de 3.000 personas vivieron la pasión y muerte de Cristo en la localidad.

Perdida en los años 70 la tradición de 'Las Comedias' por los diversos avatares sociales, la gente de Jiménez de Jamuz hizo de su Semana Santa el baluarte desde donde poder demostrar su innato sentido de lo dramático, según informa el Ayuntamiento de Santa Elena de Jamuz en su página web, aytosantaelenadejamuz.com.

Los personajes, inconscientemente, se identifican con su papel, de manera que aúnan lo sacro y lo folclórico, una simbiosis que se consigue a lo largo del recorrido del Vía Crucis, de forma que, al final del mismo, tanto los actores como los espectadores se sienten participes por igual.

La Pasión Viviente del Viernes Santo se inicia en un escenario montado a la puerta del salón parroquial. Previo a un diálogo de acuerdo con los textos evangélicos, se interpreta el lavado de manos de Pilatos.

Después, el 'Ecce Homo', soldados y el pueblo, inician el itinerario por varias calles de la localidad en el que representan las escenas de las caídas de Jesús y los encuentros de éste con varias mujeres, siempre acompañado por los ladrones. PERSONAJES

En distintos puntos de las calles aparecen los personajes que se citan en el Evangelio: La Verónica, María Magdalena, la madre de Jesús, el Cirineo y San Juan, entre otros. El rito de la Pasión va acompañado de judíos, mujeres que lloran y grupos de personas que cantan o comentan los momentos más trascendentales de la misma.

Después de más de una hora de penosa agonía, llegan al lugar escogido para la crucifixión: un montículo rodeado de bodegas. Allí son izados los dos ladrones en sus cruces junto a Jesús, el punto culminante de todo el Vía Crucis.

Más tarde, se desclava el cuerpo de Jesús y, a continuación, le llevan a enterrar en la boca de una bodega, que será su sepulcro hasta la resurrección.

Las raíces,

En las comedias

Parece ser que las raíces de la escenificación del Vía Crucis Viviente se hunden en las comedias. En Jiménez de Jamuz y a través de las cofradías, ya desde la Edad Media se hacían representaciones culturales, folclóricas y festivas.

De esta manera, tenían lugar comedias o representaciones con su aspecto religioso como autos, misterios, milagros o ejemplos y también el aspecto profano, costumbrista y de diversión como las farsas, los juegos de escarnio y las farándulas.

Con el paso del tiempo estas actividades fueron tomadas por las cofradías, principalmente la de Nuestra Señora del Rosario y de las Angustias. Así, el origen de las representaciones teatrales en la localidad podría estribar en la proximidad e imitación de tales representaciones que se hacían en La Bañeza, así como en la existencia en su parroquia de doce cofradías.