A las 11.10 horas, la llama de la antorcha de la refinería empezó a despedir más fuego de lo normal y de color amarillo, según testigos presenciales. Aunque el olor «no era muy diferente al de cualquier otro día», asegura Marta, propietaria de un bar en la zona.

Mientras los Bomberos no tenían constancia de ningún incidente, Repsol restaba importancia al alarmismo creado. Pero no tardaron mucho en frenarlo: se trató, según la versión de la empresa, de una parada «imprevista, pero controlada» en una de las 30 unidades que mezclan gasóleos y gasolina. El gas acumulado por la parada del motor provocó que la llama de la antorcha fuese mayor de lo habitual.

Ningún riesgo

Desde Repsol aseguran que el fallo del motor fue detectado al instante por un programa informático de seguridad. El subdirector de la planta aclaró también que la posibilidad de que se produzca un escape procedente de la refinería en A Coruña es «prácticamente nulo».

Sin embargo, la CIG –el sindicato mayoritario en la empresa– exigió «mayores medidas de prevención» en la planta de Repsol, en un comunicado emitido durante la tarde de ayer.