La superficie de regadío en Castilla y León registró un descenso del 1,5 por ciento en el último año hasta situarse en 394.219 hectáreas. De esta forma, la comunidad castellanoleonesa fue la región española donde menos cultivos de este tipo desaparecieron el año pasado, aunque cae más de un punto más que la media nacional.

En concreto y según los datos aportados por la Federación Nacional de Comunidades de Regantes (Fenacore), la superficie de regadío en España cayó un 0,4 por ciento en 2010, la primera reducción desde 2006, lo que supone un "perjuicio socioeconómico y medioambiental" para el conjunto del país.

Desde Fenacore atribuyen el descenso registrado durante el pasado año a la "pérdida de rentabilidad de los cultivos", como consecuencia de la "fuerte" subida de las tarifas eléctricas y la caída del precio de los productos agrarios.

Esta situación ha hecho "inviable" la subsistencia de este tipo de cultivo en algunas zonas del país, según Fenacore, ya que algunas comunidades autónomas con mayor extensión de superficie regada han abandonado "muchos de los regadíos ya históricos" y los han sustituido por cultivos de secano.

Así, la Comunidad Valenciana, Murcia y Castilla-La Mancha han sido las zonas donde más ha descendido el regadío, un 6,8 por ciento, un 3 por ciento y un 2,4 por ciento, respectivamente. Mientras que en Asturias y Cantabria este cultivo ha experimentado un aumento del 170 por ciento y 139 por ciento, respectivamente, durante 2010.

Según Fenacore, el Gobierno "debería conferir al regadío el trato que se merece por su importancia económica y social", ya que la agricultura representa el 2,4 por ciento del Producto Interior Bruto de España (PIB) y el sector agroalimentario, más del 20 por ciento del PIB.

Asimismo, la Federación insiste en la necesidad de poner en marcha un "paquete de medidas eficaces que promuevan la agricultura de regadío en España" y "permitan la modernización de más de un millón de hectáreas".