Strauss-Kahn: "Sin estabilidad macroeconómica habrá más revueltas en Oriente Medio"

  • El responsable del FMI participó en un debate en el que fue objeto de críticas por el papel que dicha institución ha desempeñado en la región.
  • "Sin ella habrá tensiones sociales y una nueva oleada de inestabilidad política", dijo.
  • Aseguró que la región necesitará unos 40.000 millones de dólares este año.
El director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn
El director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn
MICHAEL REYNOLDS / EFE
El director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn

El responsable del FMI, Dominique Strauss-Kahn, advirtió este viernes de que las "revoluciones democráticas" en Oriente Medio y el norte de Africa no tendrán éxito si no se restablece "cuanto antes" la estabilidad macroeconómica en la zona.

"Si la revolución árabe está llamada a convertirse en un hito en la historia, y creo que ese puede ser el caso, han de tener éxito y eso depende de que construyan instituciones democráticas y organizaciones laborales", destacó.

"Pero también necesitan regresar a la estabilidad macroeconómica porque sin ella habrá tensiones sociales y una nueva oleada de inestabilidad política", pronosticó.

Afirmó que tras la revolución es fácil sucumbir a la tentación de querer gastar y recurrir a subsidios "a veces necesarios".

Lo difícil, insistió, es hacer la transición de forma que en uno o dos años no se produzca un fuerte rechazo al proceso en marcha.

Objeto de críticas

Strauss-Kahn participó este viernes en un debate en la sede del FMI en el que fue objeto de críticas por el papel que dicha institución ha desempeñado durante décadas en la región.

"La forma en la que la comunidad internacional trató con la injusticia y los dictadores es básicamente un crimen. Eran compinches", afirmó Wael Ghonim, responsable de marketing de Google para Oriente Medio y el norte de África y el activista más prominente de las recientes revueltas en el área.

Rashid Khalid, un destacado arabista de la Universidad de Columbia, dijo que los políticos que durante décadas gobernaron en la zona son, junto con las elites de la región, los principales responsables de lo ocurrido.

Precisó, de todos modos, que esas elites se vieron "alentadas y reforzadas" no sólo por el respaldo exterior a la represión sino también por "el apoyo ideológico a las políticas" que aplicaban y por la pasividad de la comunidad internacional ante la corrupción.

"Somos solo una pequeña parte de la comunidad internacional", adujo Strauss-Kahn, quien insistió en que el FMI no va "llamando a las puertas" de los países en busca de clientes.

"Somos un prestamista de última instancia", subrayó, para recordar que la misión del organismo no es dictar a los países lo que hacer sino acudir en su ayuda cuando la necesitan.

Adelantó que la región necesitará este año unos 40.000 millones de dólares en financiación y 100.000 millones más en los dos próximos años.

"¿Quién va a proveer el dinero? Esperemos que los bancos, los mercados (...) pero no será suficiente y tendremos que cubrir la diferencia", pronosticó.

"O sea que sean justos. Es verdad que cuando prestamos dinero aumenta la deuda porque hay que devolver el préstamo pero nosotros no hacemos más que lo que el país nos pide", indicó.

"No estoy diciendo que siempre lo hagamos bien, quién lo hace", se preguntó, para añadir que lo importante es aprender de los errores y combinar el conocimiento de la institución con el de otras organizaciones para ayudar a la región.

Insistió en que el futuro de países como Túnez es importante no sólo para el resto de la región sino para todo el mundo porque el ejemplo de la zona "puede tener muchísimas consecuencias".

Reconoció, por lo demás, que las recientes revueltas han dado una "buena lección" al organismo.

"Nos muestra que no es suficiente tener en cuenta sólo las grandes cifras macroeconómicas", afirmó.

Recordó que el Fondo se creó hace 50 años con la idea de que tenía que prestar atención a las grandes cifras macroeconómicas: al crecimiento, a la inflación, al déficit pero insistió que esa creencia se ha quedado desfasada.

"Egipto es un buen ejemplo y Túnez también", dijo Strauss-Kahn, para añadir que las cifras macroeconómicas no eran malas y algunas, de hecho, "eran bastante buenas".

"Pero aun así la distribución de los ingresos, los elevados niveles de desempleo juvenil crearon la percepción entre la población, y no solo era una percepción sino la realidad, de que la riqueza no era para todo el mundo", afirmó.

"Claramente lo que esto ha demostrado es que no es que por un lado exista la situación macroeconómica y por otro la distribución de ingresos y oportunidades", afirmó.

Subrayó que ambas cosas están "interrelacionadas" y hay que verlas en su conjunto.

"De lo contrario lo que digamos puede ser completamente erróneo, porque podemos hablar de lo que dicen las grandes cifras, las cifras macroeconómicas y no prestar atención a lo que está ocurriendo en la sociedad", destacó.

"Es nuestra responsabilidad ahora el ampliar nuestra visión y tener esas cosas en consideración", explicó.

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