¿Cómo lo han recibido?

Estamos muy agradecidos. Es un testimonio de un trabajo en defensa de la justicia social en el mar. Sigue habiendo discriminación de los marineros que también afecta a sus familias, ya que sus mujeres e hijos están solos en tierra la mayor parte del tiempo. Es la esclavitud silenciosa del siglo XXI.

¿Se ha mejorado algo?

Las condiciones empeoran, porque los jóvenes no se incorporan a estos trabajos, y se reemplazan con inmigrantes, que no siempre

tienen formación y reciben un sueldo mucho menor del que debieran.

¿Qué se puede cambiar?

Pedimos que se instale una cámara web en cada barco, para poder dar testimonio de que hay gente que trabaja 20 horas al día en alta mar, sin tener pluses de peligrosidad ni de nocturnidad. Hay cámaras de seguridad en todos los puertos, en farmacias, en bancos,  para controlar la producción de pescado y los caladeros... pero no existen para vigilar las condiciones de trabajo de los marineros.

¿Y para las familias?

Queremos que los trabajadores estén cuatro meses como máximo en el mar y, como compensación, dos en tierra, aunque sabemos que en esos cuatro meses tendrán que hacer las mismas horas que en seis.

BIO

Es promotora de la Asociación Rosa dos Ventos. Lleva 22 años defendiendo a las

familias que viven del mar.