El Instituto Español de Oceanografía (IEO) y el Centro de Supercomputación de Galicia (Cesga) colaborarán, a raíz de la firma de un convenio, en la realización de simulaciones de complejos modelos ecológicos, lo cual permitirá predecir la distribución y abundancia de un stock pesquero, la aparición de mareas rojas y la dispersión de un vertido contaminante, entre otras aplicaciones.

Así lo han destacado el presidente del Cesga, Ricardo Capilla; el director del Centro Oceanográfico de Vigo del IEO, Valentín Trujillo y el investigador del Centro Oceanográfico de A Coruña del IEO, Manuel Ruiz, en una rueda de prensa en la sede del centro de supercomputación en la que también ha participado el director del mismo, Javier García Tobío. Aunque estaba prevista la asistencia del director del IEO, Eduardo Balaguerías, este no ha acudido por problemas en la circulación aérea.

Después de que Capilla y Trujillo —en representación del IEO— subrayaran la "excepcional" relación que existe entre ambos organismos y la "importancia vital" que tiene la suma de sus esfuerzos investigadores, Manuel Ruiz ha expuesto los ejemplos en que se concretará tal cooperación.

"Se trata de ofrecer algo de utilidad ante la demanda del sector productivo, extractivo y de la flota", ha resaltado el investigador, tras lo que ha constatado que el IEO, con el soporte "real y virtual" del Cesga, "está en disposición" de aportar "mucha información" a las cofradías de pescadores y a las asociaciones mejilloneras, entre otros agentes del mar.

Conocimiento en "tiempo real"

La utilización del supercomputador gallego —el denominado 'Finis Terrae'— permitirá agilizar la obtención "en tiempo real" de las condiciones oceanográficas de la costa portuguesa, gallega y cantábrica, mediante el uso de modelos matemáticos. El Cesga rebajará a "días, horas o minutos" lo que para el IEO puede significar una semana de trabajo, ha apuntado Trujillo.

Una de las utilizaciones de la simulación se dirige a conocer "qué factores influyen" en el nivel de recurso de especies pelágicas como la sardina, la anchoa y la caballa u otras como la merluza, con la finalidad de "mejorar" la elaboración de los planes de gestión, ha explicado Manuel Ruiz.

Otro destino se refiere a la detección de toxinas y, en colaboración con organismos como el Intecmar, pretende aportar datos al sector bateeiro sobre situaciones de riesgo de episodios tóxicos, como el sucedido en 2005, cuando el transporte hacia el norte de la denominada 'toxina paralizante' provocó el cierre de la producción de otoño a primavera, lo que supuso "un fuerte impacto socioeconómico".

El investigador del Centro Oceanográfico de A Coruña ha resaltado que el "esfuerzo" del IEO se centra en poner a disposición del sector "herramientas" con las que favorecer su actividad.

"esfuerzo continuo" por estimar la biomasa

En un ámbito más inmediato de colaboración con la flota, Manuel Ruiz ha señalado que el "esfuerzo por intentar estimar la biomasa de cada especie es continuo", a preguntas sobre la posibilidad de demostrar niveles de stock más abundantes ante Europa, por ejemplo, en el caladero del Cantábrico Nororeste.

Al respecto, el propio Trujillo ha incidido en que el IEO, como "representante del Estado" ante organismos internacionales, se integra en los grupos de trabajo que "desde un punto de vista biológico" elaboran los informes que, en última instancia, determinan la asignación de cuotas de pesca comunitarias.

Impacto ambiental,

Basado en el conocimiento científico

Por último, en el campo de la acuicultura y, en concreto, sobre el cultivo experimental de salmón en las rías gallegas, ambos miembros del IEO han defendido que "todo lo que es gestión del impacto ambiental tiene que basarse en conocimiento científico".

"Con la información encima de la mesa" se dan las circunstancias para que las autoridades tomen las decisiones que crean oportunas, ha señalado el investigador del centro coruñés interrogado sobre su opinión científica acerca de las jaulas autorizadas por la Consellería do Mar en el polígono C de Muros, en A Coruña.