El presidente de Banco Popular, Angel Ron, ha asegurado que la entidad estará atento a las oportunidades de adquisición que se produzcan en la reestructuración del sector, pero advirtió que las estudiará si generan valor y en función de su coste, ya que "no son tiempos de pagar precios altos".

Ron defendió que la entidad no tiene urgencia y que sigue dando prioridad al crecimiento orgánico, aunque reconoció que estará atento a las alternativas que se le planteen porque "no sería de buenos profesionales" no estarlo.

Asimismo, resaltó que al banco no le interesa ninguna operación que "tenga riesgo de politización" ni altere el modelo de negocio, ya que, insistió, un rasgo fundamental del ADN del Banco Popular es su "independencia".

Ron dejó claro que en cualquier proceso de consolidación el banco tiene vocación de independencia, por lo que será el que consolide y el que compre.

En cuanto a la reestructuración financiera, señaló que aunque avanza, "lo hace lentamente", y resaltó que sigue exisitiendo una "enorme" capacidad instalada, por lo que la reducción de la red de sucursales debe intensificarse.

"El proceso de reestructuración de las cajas debe hacerse rápido y bien, prioritariamente con capital privado y a precios de mercado. De que se haga así dependerá el éxito del proceso, y necesitamos que el proceso sea un éxito para que repercuta positivamente también sobre la prima de riesgo y sobre el resto del sistema", enfatizó.

Las cajas penalizan al sector.

Ron también resaltó que existen diversos factores que perjudican el adecuado reconocimiento del valor del banco, ya que los mercados siguen penalizando "de una manera a todas luces excesiva", el riesgo español.

A su juicio, la incertidumbre del proceso de las cajas de ahorros "desincentivan y previenen" a los inversores sobre los valores financieros españoles, y aún persisten dudas sobre el ajuste final del valor de los activos españoles, especialmente inmobiliarios.

2011, El

Año más dificil.

El presidente del Popular también recordó que 2010 fue especialmente díficil para la banca, pero advirtió que en 2011 el sector se enfrenta al año más "díficil" al que se ha enfrentado "jamás, ante el que no cabe conformismo".

El presidente resaltó que los márgenes del negocio van a seguir bajo presión y que al incremento del coste de financiación se une la asuencia de crecimiento económico, por lo que "no será posible" compensar este endurecimiento de los costes con mayores volúmenes de negocio.

"A esto se une un entorno muy exigente, con gran presión competitiva por los depósitos, la crisis de la deuda soberana, un frente regulatorio de gran complejidad y la subida de los tipos de interés", añadió.

En este sentido, recordó que la banca ha tenido que encajar las provisiones sobre la cuenta de resultados mientras que la mayoría de las cajas de ahorros y gran parte de la banca europea ha tenido ayuda de fondos públicos para sanear sus balances.