Padre de Mari Cruz reconoce que dio una foto de su yerno al amante de ésta para que buscara a alguien y lo matara

Una conversación de la acusada con un amigo saca al descubierto bromas y 'tonteos' con supuestos juegos sexuales
Los acusados Manuel S. y María Cruz A.
Los acusados Manuel S. y María Cruz A.
EUROPA PRESS
Los acusados Manuel S. y María Cruz A.

El padre de María Cruz, considerada por la fiscal la inductora del crimen que acabó con la vida de su marido hace ahora cuatro años, ha reconocido este jueves que recortó una foto donde aparecía su hija y su yerno y se la dio a Manuel, el autor confeso del crimen, para que "buscara a alguien y lo matara", aunque ha negado saber nada de un sicario.

Tras estas declaraciones, el magistrado que preside el tribunal, Juan del Olmo, ha advertido que podría autoincriminarse. No obstante, el progenitor de la acusada ha justificado esta actitud por los malos tratos del fallecido hacia su hija.

El desencadenante ocurrió cuando María Cruz, "cansada ya de los malos tratos", ingresó en el hospital por un intento de suicidio debido a la ingesta de medicamentos. A las puertas de Urgencias, le dijo a su yerno que "cogiera todo lo que tuviera aquí y desapareciera", tras lo que le contestó que eso lo dictaminaría un juez.

Esto conllevó a que el padre de María Cruz llegara a casa "con la rabia y la cabeza ofuscada" y al ver a Manuel S., "recorté una foto en la que aparecía mi hija y su marido y se la di para que buscara a alguien y lo matara, pero al día siguiente consideré que lo que había pensado era una locura y llamé a Manuel y le dije que se olvidara y que eso no se podía hacer".

Así de contundente se ha expresado en la novena sesión del juicio, con jurado popular, que se celebra desde la pasada semana en la Audiencia Provincial, donde ha dejado claro, al comienzo de su declaración, que ha acudido para "defender la verdad y defender a mi hija".

A preguntas de la fiscal, este testigo ha explicado que conforme se encontraba, la foto de su yerno recortada se la hubiera dado a cualquiera y, en ese caso, fue a Manuel, porque además "era amigo de la familia", aunque ha manifestado que desconocía la relación sentimental que mantenía con su hija que, según ha matizado, se encontraba, tras la muerte de su esposo, "muy afectada".

Un amigo niega relaciones sexuales con acusada

La novena sesión de este juicio, en la que la fiscal pide para los acusados 20 años de prisión por un delito de asesinato, ha contado también con la extensa declaración del amigo de María Cruz, profesor de su hijo y supuesto amante de ésta, según le confesó a Manuel en una carta.

La relación de amistad de este docente de Secundaria con la familia se remonta a ocho o nueve años y, en ningún momento, traspasó estos límites, según ha declarado este testigo, quien ha afirmado que desconocía la supuesta relación extramatrimonial que su amiga mantenía con Manuel, al que vio en un par de ocasiones.

Para poder dar fuerza a esta hipótesis, José Pardo Geijó, el letrado de María Cruz, ha introducido una grabación telefónica en la que se escucha a ésta decir a su amigo, días después del asesinato de su marido, que esto "es un infierno, me estoy volviendo loca porque pienso que está aquí y que va a venir".

Cuando este testigo le pregunta si necesita cualquier cosa, ésta le responde diciendo que se encuentra fatal y que lo que necesita "no está aquí". Este profesor le transmite, igualmente, su preocupación por lo sucedido y que le pueda pasar algo a los niños y a ella, admitiendo estar "acojonado". La conversación finaliza con el ofrecimiento de éste a ayudarla en lo que necesita, a lo que María Cruz le comenta que se entere de lo que cubre el seguro escolar de sus hijas.

Sin embargo, una de las acusaciones particulares, que se ejerce en nombre del padre del fallecido y la hija que éste tuvo fruto de una anterior relación, así como la fiscal y la defensa de Manuel han centrado buena parte de su interrogatorio en intentar desmontar la versión de este profesor y de María Cruz, que aseguran que su relación no pasó más allá de la amistad y no había ningún tipo de "connotación sexual".

Aunque la confianza que ambos mantenían, y que la acusada describió como dos "superamigas", les llevaba a hablar de todo tipo de temas sin tapujos, ésta nunca le contó que era una mujer maltratada y que intentó suicidarse dos veces.

Para intentar demostrar esa supuesta relación sexual de María Cruz con su amigo, ha solicitado que el jurado popular oyera una grabación, de poco más de 20 minutos, en la que éste le da una sorpresa y le regala un bono para que la acusada se hiciera un masaje de chocolate en un balneario.

En esa conversación se puede observar que los dos están bromeando y 'tonteando' con supuestos juegos sexuales; unos extremos que ha justificado este docente argumentando que es "muy guasón y la conversación es de risa".

También se han leído dos mensajes que éste le mandó a su móvil en los que ponía que "no paro de pensar en ti" y "te querré toda la vida", algo que, según ha incidido, se lo ha dicho toda su vida. Al ser preguntado sobre si la relación de amistad que mantenía con María Cruz le había acarreado problemas con su mujer, que en esos momentos se encontraba embarazada, lo ha negado.

Acto seguido, la defensa de Manuel le ha preguntado si "no es más cierto que se fue a vivir con sus padres durante una semana", al parecer porque la relación no marchaba del todo bien, a lo que éste ha respondido que sólo se marchó por un día y que el ir al cine con María Cruz, al último pase, no le suponía ningún tipo de problema, a pesar de que está casado y con su mujer embarazada.

También ha subrayado que el marido de María Cruz nunca tuvo celos de su relación de amistad con ésta, ya que toda la familia se llevaba muy bien con este docente, que en verano dio clases particulares al hijo de este matrimonio.

En este punto, la defensa de Manuel ha advertido que tras el fallecimiento del empleado de la funeraria, las llamadas se llegan a triplicar, incluso alcanzando en un mes 318 veces y llegando hasta en 11 ocasiones durante un día; algo que éste ha defendido al ofrecerle toda su ayuda dadas las circunstancias.

En otra de las conversaciones que el letrado del acusado ha leído textualmente, María Cruz lo llama y le pregunta si puede hablar en ese momento y si "ella" no está, refiriéndose a su mujer, a lo que éste responde que no está y que puede hablar sin ningún tipo de problema. Al no convencerle la respuesta, María Cruz insiste hasta que al final éste le reconoce que "sinceramente no sé dónde está".

Declaración de la hija menor

Ha declarado también la hija menor del fallecido y María Cruz que, con tan solo 14 años, ha descrito detalladamente el último día que vio a su padre con vida, cuando éste se marchó sin comer a trabajar al cabrearse con su hermano.

Aunque la relación con su padre era buena, ha dicho que sus padres "habitualmente discutían bastante" y que ese día "comenzó a decirle a mi madre palabras malsonantes" como que "no vales para nada".

Ese día había quedado con su padre para ir al cine, por lo que a media tarde, sobre las 19.08 horas, subió a ver a su madre, que se encontraba en la habitación acostada, para que lo llamara y concretar así la hora. Precisamente, el pase de las películas infantiles era a las 17.00 horas, por lo que no ha podido precisar cuál vería.

La menor, que ha confesado que estuvo con su madre esa tarde cuando subió a verla a la habitación, ha afirmado que no la observó que mandara ningún mensaje con el móvil tras llamar a su padre. Sin embargo, el letrado de Manuel ha llamado la atención sobre esta cuestión, puesto que siete minutos después de terminar de llamar con su padre, María Cruz envió supuestamente un mensaje.

También ha sido preguntada por la relación que su madre mantenía con Manuel, que ha descrito de amistad, negando que el acusado hiciera las tareas de casa ni que las duchara y fuera a recogerlas al colegio. Por contra, un mensaje de Manuel a María Cruz desmonta esta versión al decirle que había limpiado la casa y colocado la compra.

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