Luis Aguilera, uno de los prejubilados de Babcock afectado por el ERE de 2004 que ha sido anulado por el Tribunal Supremo ha expresado su malestar por la situación creada tras la anulación del expediente, que le ha obligado a reincorporarse a la empresa este viernes, si bien ha admitido que se pondrá "el buzo" si se lo exigen.

"Si mañana me tengo que poner el buzo, me lo pondré y vendré, a las seis de la mañana. Ya tengo el depertador preparado, pero no es plato de buen gusto", ha afirmado a Radio Euskadi.

Aguilera ha recordado que empezó a trabajar en la empresa vizcaína a los 14 años, en la escuela de aprendices. "Y con 52 nos fuimos para casa, pero muy cabreados", ha asegurado.

Ha recordado que los 258 afectados no se encontraban de acuerdo con el expediente, porque reclamaban "una subrogación del ERE anterior, de los compañeros que se habían marchado en el 2001, tres años antes".

"No lo conseguimos -ha agregado- el Gobierno vasco declaró nulo el ERE que nos presentaron, pero la Sepi, el Ministerio de Trabajo y la empresa lo mandaron a Madrid, y así están". En su opinión, esto "se veía, tenía que llegar".

"Si tengo que coger el despertador y venir a trabajar, vengo, ahora, esto no gusta a cualquiera. Que entres aquí con 14 años, estés 45, y que ahora estén en casa y te llamen, no es plato de buen gusto", ha concluido.