Iván Cortés ratifica en el juicio que un guardia civil le agredió en el aeropuerto por hablar en catalán

El agente afirma que únicamente le redujo después de que el joven "mostrase miradas desafiantes e intentara zafarse"

Iván Cortés, el joven que en agosto de 2009 presuntamente fue agredido por un guardia civil en el aeropuerto de Palma por hablarle en catalán, ha asegurado, durante el juicio que ha dado comienzo por estos hechos, que en ningún momento mostró un comportamiento negativo después de que los agentes le solicitasen su documentación identificativa como tampoco se negó a hablarles en castellano. "No faltaría el respeto a nadie y menos a una persona uniformada", ha aseverado el denunciante durante la vista.

A lo largo del juicio de faltas celebrado en el Juzgado de Instrucción número 8, que ha generado gran expectación mediática y en el que han estado presentes numerosos miembros de la Obra Cultural Balear (OCB) en apoyo de Cortés, éste, asistido por una intérprete que traducía sus palabras al castellano, ha relatado cómo dos efectivos del Instituto Armado lo condujeron hasta un cuarto próximo al control de pasajeros donde uno de ellos le propinó "un golpe en la cara, en la barriga y en la boca", de donde comenzó "a sangrar".

"Me di cuenta de que el haberles hablado en lengua catalana era lo que había causado el problema", ha apuntado la presunta víctima de estos hechos. Cortés ha explicado que, después de que los dos guardias civiles les pidieran a él y a su novia sus datos y "tras darlos de forma educada y por tercera vez en castellano", uno de ellos le reprendió diciéndole "a mí me me hablas en español" y posteriormente "me dijo algo en tono agresivo que no entendí". Así es como, según su versión, el agente le dijo "ahora verás tú" y entre los dos le cogieron y le llevaron al cuarto.

El denunciante, defendido por el letrado Josep de Luis, ha recordado que tras este episodio la pareja cogió un avión a Londres, donde acudió a un hospital para recibir asistencia médica y que le emitieran un parte de lesiones. Una vez en Palma, el joven denunció lo sucedido. Sin embargo, tras las actuaciones practicadas fruto de la denuncia, el juez Antoni Rotger determinó que los hechos no eran constitutivos de delito sino de una posible falta.

Los agentes hacían labores de identificación tras el atentado

Por su parte, los dos guardias civiles han negado estos hechos y, durante su declaración por videoconferencia, han explicado que mientras realizaban identificaciones debido a que hacía poco que se había producido el atentado de ETA en Palmanova y Cortés "respondía" al perfil que buscaban, el denunciante mostró una "falta total de colaboración con risas, gesticulaciones y miradas desafiantes". Al no entender lo que decía en catalán, uno de los agentes le dijo que esperase en la sala hasta que llegara un intérprete.

"Le dije que me acompañara y me hizo un gesto despectivo. Una vez en la sala, al intentar zafarse, le reduje por el cuello y el brazo hacia abajo mientras le decía que nos tratase con respeto y educación". En esta misma línea, el otro agente relató que Cortés "empezó a hacer aspavientos y comentarios de forma vacilante que no comprendía, mofándose y mostrando una actitud descortés".

Tras el interrogatorio de los guardias civiles, ha sido interrogada la novia de Cortés quien, a preguntas de la fiscal, ha manifestado que "todo pasó en cuestión de segundos". "El guardia civil lo arrastró literalmente y, pese a que Iván hacía gestos, lo inmovilizaron de forma muy agresiva y yo estaba muy asustada", ha lamentado la testigo, quien ha asegurado que vio "con mucha claridad cómo uno de ellos le dio un golpe de puño, que me hizo pasar mucho miedo y perder los nervios, ya que la situación me superaba".

El resto del juicio se aplaza al 11

De abril

El juez ha acordado aplazar el resto del juicio al 11 de abril después de que la defensa de los guardias civiles haya solicitado la comparecencia de dos testigos, uno de ellos un vigilante de seguridad que presenció los hechos.

Cabe señalar que la denuncia de Cortés cuenta con el respaldo de la OCB al considerarlo un nuevo y "gravísimo" caso de discriminación lingüística. De hecho, el coordinador de la entidad, Tomeu Martí, aseveró un mes después de estos hechos que no era la primera vez que esto ocurría y responsabilizó del incidente al delegado del Gobierno, Ramon Socías, por "su carencia de respuesta ante actos discriminatorios anteriores".

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