Giménez (TS) cree que los estatutos de Sortu son "inatacables", pero afirma que el debate es el de su "credibilidad"

Afirma que, de cara a la interposición de un recurso ante el TC, los votos particulares hacen que la sentencia del TS sea "más débil"

El magistrado de la Sala Segunda del Tribunal Supremo Joaquín Giménez ha manifestado que los estatutos de Sortu son "inatacables", pero ha puntualizado que el debate radica en "la credibilidad" de quienes "sostienen" a la formación porque, posteriormente, "pueden quitarse la careta" y ser una "mera pantalla" de la Batasuna ilegalizada.

Además, ha estimado que, de cara a la interposición de un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional, los votos particulares hacen que la sentencia de la Sala del 61 del TS sea "más débil", y ha destacado que, en la actualidad, "todo no es ETA", y hay que "sacar las consecuencias prácticas de esto".

En declaraciones a Europa Press, Giménez ha reconocido que la mayoría dentro de la Sala del 61 ha sido "un poco escasa" y ha apuntado que esto no supone "una deslegitimación de la sentencia", aunque ha considerado que una resolución judicial "con votos particulares tiene menos fuerza que una sentencia sin votos particulares". "Pero, el voto particular sólo patentiza una democracia efectiva interna dentro del Tribunal", ha indicado.

En este sentido, ha apuntado que, de cara a un posible recurso de amparo ante el Tribunal constitucional, "es una sentencia más débil porque los argumentos minoritarios también han tenido apoyo suficiente como para que sean acogidos por algunos miembros del Tribunal".

El magistrado ha afirmado que el TC "tiene que valorar unos y otros", y resolver, "desde la perspectiva constitucional, porque es el guardián de la Constitución". "Pero, evidentemente, una sentencia con votos particulares, al mismo tiempo que es más rica y supone una mayor democracia interna y una mayor complejidad del asunto, supone una menor fortaleza de la decisión mayoritaria porque hay más votos disidentes", ha asegurado.

De esta forma, ha considerado que "hay posibilidades" de que el Constitucional revoque la resolución del TS, aunque también "las habría habido también aunque fuera un voto unánime".

Joaquín Giménez ha afirmado que "aquí hay que resolver a la vista de unos datos concretos", como son los estatutos de Sortu, "que son absolutamente inatacables", pero, "luego, viene la credibilidad de las personas que los sostienen" porque puede ser que, posteriormente, "se quiten la careta, como ha pasado en tiempos anteriores".

No obstante, ha precisado que se puede recurrir a la ilegalización "por vías de urgencia", en caso de que la izquierda abertzale "meta un gol", en el supuesto de que sea legalizada la nueva marca, y más tarde, "se quiten la careta y aparezcan otros, de forma que los que ahora aparecen como gestores sean meras pantallas de los de siempre, de los herederos de la Batasuna ilegalizada".

De esta forma, se ha referido a las reformas legales que se han realizado para que exista esa posibilidad y ha señalado que estas modificaciones suponen que los electos de esta formación en las diputaciones o ayuntamientos tendrían que "desmarcarse de ese desenmascaramiento de ese partido en el que han intervenido o, si no, pierden el escaño". "Entonces, nos habrían metido un gol, pero el gol se anula", ha indicado.

Giménez ha considerado que éste "es un dato objetivo a tener en cuenta" porque, en la actualidad, hay "menos posibilidades" de que "se burle" la legalidad y a la democracia.

El magistrado del Tribunal Supremo ha manifestado que puede ser que "el aspecto monolítico" que siempre ha tenido la izquierda abertzale, ahora "no lo tenga tanto". En este sentido, ha dicho que el tema es si realmente ha habido esa "ruptura" que se afirma, más allá de los estatutos que han presentado.

Tras considerar que el cambio no puede suceder "de un lunes a un martes", ha apuntado que "son procesos de maduración individual o colectivos", dentro de ese mundo, "que se van madurando y que pueden arribar a algo".

Los medios violentos

En este contexto, ha recordado que "el problema no es ser independentista, sino utilizar medios como el tiro en la nuca, la presión, la extorsión y el horror terrorista para defender una finalidad que, en sí misma, es una opción legítima".

"Lo que pasa es que esos medios delictivos prostituyen y hacen ilegal la finalidad. La legitimidad del fin independentista debe estar verificada con la legitimidad de los medios para conseguir ese fin. Y la legitimidad de los medios está en las antípodas de la actividad terrorista", ha dicho.

De esta forma, ha subrayado que "esto puede ser el principio cristalizado de una disidencia interna que puede tener más recorrido". "Ése es el tema: si todo esto es una pantomima, es una pantalla o es algo serio. Éste es el debate, el de la credibilidad, que es un tema más movedizo", ha añadido.

El magistrado ha destacado que "se proviene de donde se proviene", pero ha apuntado que, "siempre que ha habido una evolución, se sale de un sitio y se llega a otro". "Los tránsitos siempre son complicados. El colectivo abertzale ha sido muy cerrado, cualquier disidencia ha sido abortada desde el momento, y de amigo a traidor se pasaba en una décima de segundo. Por lo tanto, no había ningún debate interno", ha subrayado.

A su juicio, "romper ese melón supone riesgos, supone una cierta autonomía o autodeterminación de pensar" porque se puede ser independentista, pero no hay por qué "callarse ante un atentado" ni apoyar a ETA, sino apostar por su disolución. "Yo considero que se está en ese proceso, que creo que sí ha arrancado, pero habrá que ver la evolución", ha dicho.

Por ello, ha mostrado "un moderado optimismo" porque "la actividad de ETA está bajo mínimos" y cree que "hay un hartazgo del tema del terrorismo" en la sociedad, "que está sembrándose también dentro de ese colectivo hermético que ya empieza a no serlo tanto, que es la izquierda abertzale".

Para el juez del TS, "esto es como un globo aerostático, que se ha ido inflando durante mucho tiempo, y el tema no es que estalle, sino desinflarlo". "Y esos discursos que se han dado de odio, de extermino, de 'muerte al disidente', que se ha ido aprendiendo, hay que sustituirlo, porque nadie nace odiando, a odiar se enseña y se aprende", ha señalado.

Joaquín Giménez ha asegurado que "lo que es claro es que 'todo no es ETA'". "Hubo un tiempo en que lo fue, probablemente, pero hoy creo, honradamente, que todo no lo es y hay que sacar las consecuencias prácticas de eso", ha indicado.

En cuanto a la posibilidad de que se recurra a una estrategia de coalición electoral entre EA y Alternatiba que incluya a independientes de la izquierda abertzale, ha apuntado que se podría plantear "una impugnación de unas listas electorales concretas porque están contaminadas", como ocurrió con ANV, "que se ilegalizaron no todas, pero sí algunas listas". "Puede ser que se plantee lo mismo", ha indicado.

FILTRACIONES

Por último, ha destacado "el enfado y el malestar" existente entre los magistrados del Tribunal Supremo por "las filtraciones que se están produciendo desde dentro del Tribunal" en lo relativo a la resolución sobre Sortu. "Es realmente grave, por no decir gravísimo, y requiriría una reflexión de los magistrados, tanto de los de la Sala del 61 como la de todos los magistrados del Supremo, porque filtraciones las ha habido y las hay", ha apuntado.

En este sentido, ha apuntado que, "paradógicamente, estando todos en un barco que se llama Tribunal Supremo, desde dentro, se están abriendo vías de deslegitimación".

Por ello, ha aseverado que no se puede "pedir respeto al Tribunal Supremo, cuando éste no transmite respeto, cuando, desde dentro, se están adelantando decisiones interesadamente". "Esto es intolerable porque nos estamos jugando el crédito, el prestigio y la seriedad del Tribunal", ha destacado.

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