El Centro de Investigación del Fuego (CIFU) de Castilla-La Mancha, ubicado dentro del parque de la Olivilla de Toledo, estará listo en nueve meses, tendrá un presupuesto total de ejecución de 3.944.603 euros y los materiales de los que está hecho —siguiendo criterios medioambientales— harán que satisfaga, desde el punto de vista energético, el concepto mínimo consumo.

Así se ha puesto de manifiesto durante la colocación de la primera piedra del Centro, en un acto en el que han estado presentes el consejero de Agricultura y Medio Ambiente, José Luis Martínez Guijarro, al alcalde de Toledo, Emiliano García-Page, y el arquitecto y redactor del proyecto, Arsenio Gil.

Precisamente, durante el acto, el arquitecto de proyecto ha puesto de manifiesto que los criterios básicos a la hora de diseñar el Centro han sido que se encuentra cerca del Campus de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) de la Fábrica de Armas, que está en un entorno "bien comunicado" o que está en un lugar natural con posibilidades paisajistas y ajeno a actuaciones de particulares.

Como consecuencia, ha añadido, el diseño del edificio del Centro de Investigación del Fuego se ha proyectado con unas proporciones donde predomina lo horizontal sobre lo vertical y organizado en torno al eje de comunicación longitudinal.

DISTRIBUCIÓN

Asimismo, ha explicado que consta de un semisótano —donde se albergarán las instalaciones— y dos plantas sobre el nivel actual del terreno —donde se desarrollará todo el programa previsto de necesidades—.

A ello ha unido que la distribución parte de un módulo de diez por doce metros que sirve para crear zonas independientes de investigación a la vez que se adapta a las áreas de servicio. Este módulo de investigación está compuesto por un laboratorio y tres despachos al que se unen unos patios interiores —diez en la planta baja y cuatro en la planta alta— que se desarrollan según el eje de circulación horizontal.

La superficie de la zona donde se ubicará el Centro es de unos 107.000 metros cuadrados de los que el Centro ocupa 1.975, menos de un dos por ciento. Además, la superficie construida de la planta baja son 1.744 metros cuadrados y de la planta alta 998, con una superficie total, incluido el semisótano, de 3.795 metros cuadrados.

Gil ha puesto también de manifiesto que el cerramiento de esta infraestructura está compuesto por fachadas ventiladas cerámicas que contribuyen al aislamiento térmico del edificio y reducen así el consumo de energía.

Trabajando desde hace tiempo

Por su parte, el consejero de Agricultura y Medio Ambiente, que ha agradecido los esfuerzos hechos desde el punto de vista administrativo y de gestión hechos por parte del Ayuntamiento de Toledo, ha dicho que aunque se haya colocado hoy la primera piedra del CIFU, el Gobierno regional y los investigadores del mismo llevan trabajando en esta materia desde hace tiempo.

Asimismo, ha asegurado que el Centro es un compromiso de las Cortes de Castilla-La Mancha para avanzar en los temas relacionados con prevención, extinción y recuperación de zonas forestales afectadas por los incendios, que "se convierte en toda una referencia a nivel internacional".

Igualmente, ha aprovechado la ocasión para recordar que en la zona se ubicará también el Instituto Meteorológico de Castilla-La Mancha (METEOCAM) y el Centro de Investigación sobre la Atmósfera y el Clima, asegurando que "es una magnífica ocasión para decir que el Gobierno del presidente Barreda ha cumple los compromisos asumidos con la sociedad".

También ha manifestado que es "una clara imagen" de cómo se quiere trabajar en la Comunidad Autónoma en el futuro haciendo una apuesta "muy importante" por la investigación y la innovación. En definitiva, "por esa nueva economía que es la alternativa más clara de futuro para superar la actual situación económica", ha agregado.

"hecho con la cabeza"

De otro lado, el alcalde de Toledo ha apuntado que este proyecto "está hecho con la cabeza" y ha dicho que en la zona donde se ubicará el CIFU, el Ayuntamiento tenía "un marrón verdaderamente descabellado" por las dificultades que existían en el proyecto urbanístico de Vega Baja donde se habían "olvidado" los parques y los jardines.

Por tanto, ha dicho que lo que se había producido es un "gran absurdo urbanístico" con un parque bien ejecutada pero "imposible" de mantener y "desubicado". Así, dicho que con este proyecto, donde también estarán otros dos institutos tecnológicos relacionados con el medio ambiente, se ha conseguido "hacer de la necesidad virtud".

"Va a ser la zona con más sensibilidad medioambiental de la ciudad, por no decir de toda Castilla-La Mancha", ha señalado el alcalde de Toledo, quien ha concluido afirmando se trata de la historia de como se puede resolver "un marrón" mediante la colaboración entre administraciones.