Dili o el infierno. La violencia estalló a finales de mayo en la capital de Timor Oriental. Los enfrentamientos entre jóvenes de etnias lorosae y loromonu inundaron las calles de la capital, especialmente en los barrios cercanos al aeropuerto. Australia envió tropas para frenar los distubios y organizar el reparto de ayuda. Pese a ello, los enfrentamientos siguieron durante varios días.
REUTERS/Adrees LatifEl arroz en sus pies. Un timorense espera en la fila para recibir arroz distribuido por el Programa Mundial de Alimentos en Dili. AL menos 20 personas han muerto durante los disturbios en la capital.
REUTERS/Adrees LatifA pesar de la presencia de tropas extranjeras, principalmente australianas, los saqueos y enfrentamientos han continuado. COn todo, los altos mandos militares afirman que la violencia ha comenzado a remitir.
REUTERS/Adrees LatifDos miembros de una banda, armados con piedras, patean la puerta de la casa de un miembro del grupo rival. Los recientes disturbios han añadido un capítulo más al largo historial de violencia de Timor Oriental, convulso desde que declaró su independencia de Portugal tras la Revolución de los Claveles de 1975.
REUTERS/Adrees LatifUna patrulla australiana detiene a dos miembros de un grupo violento que fueron sorprendidos en un saqueo en comercios de Dili.
REUTERS/Adrees LatifUn ladrón luce unas gafas de sol que ha robado en uno de los tantos saqueos que azotan el centro de Dili. La violencia ha sido una constante en el país, antigua colonia que los portugueses explotaron durante cuatro siglos, interesados principalmente por la madera de sñandalo que abundaba en la isla.
REUTERS/Adrees LatifDos timorenses durante los disturbioss cerca del aeropuerto de Dili, Timor Oriental. Muchos de los avctos violentos provienen del enfrentamiento étnico entre los lorosae y loromoru. Los lorosae señalaban con una palma verde las casas que se debían salvar y arrasaban con el resto.
EFE/WedaUna familia timorense pasa por delante de una casa ardiendo en Dili. Miles de personas ya han abandonado sus casas ante la ola de violencia, mientras las organizaciones humanitarias alertan de la crisis que comienza debido a la falta de ayuda.
EFE/Antonio DasiparuImpotencia ante el fuego. Dos personas tratan de combatir un fuego en su casa de Dili, en Timor Oriental. La capital se encuentra inmersa en una ola de violencia causada por enfrentamientos entre grupos armados y el Ejército.
REUTERS/Zainal Abd HalimArde Timor Oriental. Un timorense hace un gesto durante los disturbios cerca del aeropuerto de la capital Dili. La violencia entre bandas rivales y el pillaje continua en la capital, a pesar de la presencia de tropas internacionales.
EFE/WedaEl reparto de comida, como estos sacos de arroz, ya es supervisado por el Ejército australiano, aunque ciudadanos hambrientos han protagonizado varias peleas ante las puertas de los almacenes de distribución.
REUTERS/Zainal Abd HalimSoldados australianos hacen guardia mientras miles de residentes timorenses esperan su turno para recibir comida en Dili.
EFE/WedaVíctimas de la violencia. Refugiados de Timor Oriental en la misión católica de Dom Bosco, en Dili. Alrededor de 8.000 personas han abandonado sus casas y acuden a la misión católica de Dom Bosco, donde cientos de locales han acudido en busca de refugio debido a los violentos enfrentamientos entre ex soldados rebeldes y el Ejército que se registran en el país desde hace varias semanas.
EFE/ MANUEL DE ALMEIDA