Zahara: "Como mujer feminista, no me pidas que tenga todas las respuestas y sea un ejemplo coherente"

Portada del disco "Puta", de Zahara
Portada del disco "Puta", de Zahara
Cortesía
Portada del disco "Puta", de Zahara

Aprovechando el concierto de Zahara en el ALMA Festival Jardins de Pedralbes, hablamos con María Zahara Gordillo Campos (sí: Zahara) sobre sexo, cómo crear la canción del verano, el constante examen público del cuerpo femenino y sobre otras cosas que hemos de confesar han hecho que no quisiéramos terminar la charla.  

No es fácil hablar con alguien sin tapujos, pues vivimos sumidos en una sociedad que teme (con razón) la cancelación, pero Zahara responde de forma inmediata a cualquier pregunta, bien sea si es posible crear un temazo digno de Sonia y Selena o sobre Gloria Steinem. El mensaje es claro: aquí no hay lugar para pelos en la lengua, filtros ni miedos.

Mi último disco son traumas de mi infancia y al contarlos, me siento protegida, porque escribirlo me ayuda a gestionarlo

De hecho, las letras de su música son un claro reflejo de que su vocación jamás es el esconder secretos, pensamientos o ideologías, pues su universo musical es el reflejo de sus vivencias. "Es algo sobre lo he reflexionado mucho, y recientemente lo he hecho en profundidad hasta descubrir que lo que me sucede es precisamente lo contrario. Me da pudor hablar de mi intimidad y de las cosas que he escondido porque las escondí precisamente por ese pudor y por esa vergüenza de no encajar, algo que ocupa mucho lugar y me ha impedido relacionarme con personas. Pero cuando lo hago en una canción, me siento protegida por ella. Es un lugar fantástico, con mucha verdad y compromiso, y no deja de ser una ficción. Mi último disco son traumas de mi infancia y al contarlos, me siento protegida, porque escribirlo me ayuda a gestionarlo. Primero está el arte y luego están las conversaciones sobre ello; esa primera avanzadilla me quita el pudor y consigue justo que me sienta libre. Sí, la gente sabe mi vida, pero eso no me afecta", asegura. 

"Soy una mujer que vive en una sociedad machista y vive las consecuencias de ello. Así me es más fácil hablar de esto con mi familia, pues crear las canciones me hace decir 'ya está: ya puedo pasar a otra cosa'. Va de la mano con la terapia. En la canción abres mucho para llegar a ese lugar, pero sin una profesional al lado que te ayude a cerrar, puede llevarte a lugares peores. Ha sido para mí mi terapeuta, Paula, con quien hice el viaje previo al disco. Cuando llegó la creación de Puta, su figura a mi lado fue esencial para que no perdiera la cabeza del todo, porque veía que llegaba a algo 'heavy'. Fue bonito hacer el viaje para enfrentarse a un lugar de forma segura y fuerte", explica.

Arte político

Aunque cada vez es más común que los artistas se posicionen políticamente, en la historia de la música de nuestro país nos hemos encontrado casos como el de Russian Red, que cuando hace años declaró en una entrevista simpatizar con el Partido Popular, se topó con una oleada de críticas. ¿Hemos de dejar de lado la política al hablar de arte, o el arte conlleva política? 

"Es que para mí el arte es político, tiene que provocarte algo. El arte se basa en ver o escuchar algo que te empuja a plantearte preguntas, por lo que no te vas a ir impune de ahí. Cuando algo te provoca, te hace cuestionarte tus sentimientos, te lleva a preguntas. El arte es un mensajero que te envía una carta de ti misma y te lleva a lugares que te dejan guay. Lo que me gusta es que es político desde la pregunta, no desde la respuesta, pues el arte rara vez responde y concluye. Tiene el poder de llevarte a esas reflexiones que te tienes que apañar para resolver. En mis canciones no resuelvo nada. Cuando se juntan la emoción, la belleza y hay unas preguntas y un posicionamiento político, es algo espectacular que hace que me reviente la cabeza. Lo divertido es bailar 'twerk', y luego ir de museos y ser la misma persona. Soy de contrastes: mi equilibrio se consigue yendo a los extremos y pasando de inactividad a la actividad máxima de la euforia", asegura Zahara.

MMM: Malas madres, malas feministas y malas víctimas

En Madre, disco recopilatorio de la cantante, incluye también canciones de su primer álbum autoeditado. Aprovechamos el título del álbum para saber qué opina de la forma en la que la sociedad juzga a las madres. "A las mujeres se las juzga por norma, y el juicio a la madre parece que es algo que se debe hacer, como si fuera derecho público. No sólo criticamos el aspecto, el tipo de piel, la edad, las canas, el vello en las axilas, etcétera, sino que ahora también hablamos de si haces deporte en el embarazo, si comes esto o no… Hay un juicio alrededor de las madres agotador. Lo que quiero gritar es: BASTA YA. Porque, ¿sabes dónde no veo juicio y la gente sí debería reaccionar? Cuando se trata con violencia públicamente a un niño pequeño, empleando violencia verbal. Ahí no nos metemos, ni cuando oímos gritos en el edificio de una mujer a la que, posiblemente, están maltratando. Pero si la madre le da una gominola al niño, sí. Bastante nos juzgamos a nosotras mismas como para tener encima que aguantar también eso. Desde los 4 meses tuve complejo de barriga de embarazada, porque me decían que estaba muy gorda y que esa no era la barriga que la sociedad me decía que tenía que tener. No somos conscientes de cómo está llevando cada mujer su embarazo: callémonos. Se valora de las mujeres el aspecto y las acciones, y es agotador, porque te tienes que proteger. Por si fuera poco, me exiges que tenga que aprender a defenderme, porque si cedo ante la presión social, me juzgas también", responde.

Zahara en la Cadena Ser
Zahara en la Cadena Ser
CADENA SER

De hecho, las mujeres han de ser buenas feministas, buenas madres y cómo no, buenas víctimas, porque ante un abuso sexual, se erige la revictimización continua… "Sólo gusta la víctima que han decidido que ha de ser de una forma concreta. Ahora paro los pies cuando oigo un comentario machista, y te sueltan el 'es que ya no se puede hablar de nada'. Eres un señor con privilegios; yo no he podido hablar de nada toda mi vida y estoy empezando a hacerlo, por lo que te estoy diciendo es para que quizás podamos comentarlo, porque no estaba bien del todo. Pero ojo, porque también hay hombres que te dan las gracias y confiesan que no se estaban dando cuenta", asegura la de Úbeda, que incluso cuenta con una canción que le compuso a un novio maltratador

fotografo: Bieito Alvarez Atanes [[[PREVISIONES 20M]]] tema: Fuera de contexto - Zahara
Zahara
Bieito Alvarez Atanes

"No escribí la canción para buscar provocación, sino para contarlo, porque no lo sabían ni mis padres. Para mí era algo que jamás iba a pelear de vuelta, porque pensaba que yo era una mierda de persona y que él lo había pasado mal. Pensaba que yo tendría que ser más comprensiva y tenía pensamientos demenciales que te llevan a torturarte y a justificar sus acciones. Pierdes confianza y todo lo que te dice tiene sentido. Es una violencia bajo la superficie compensada con momentos románticos más grandes, incluso que los normales y cuando pasaban cosas 'estereotipadamente buenas', pensabas que era increíble, y te preguntabas cómo ibas a encontrar alguien como él. Tienes miedo al abandono, a que no te quieran, porque te preguntas cómo te van a querer al estar mirándote con sus ojos", señala.

¡Dejad de responsabilizar a las mujeres!

Como es fan de Taylor Swift, le preguntamos qué opina de la forma en la que la gente le exige que asuma la responsabilidad de las opiniones y acciones de sus parejas. "¡Dejad de responsabilizar a las mujeres! Exigen que todas tengamos una opinión formada sobre las cosas que al sistema le interesan… ¡Qué presión! Mi opinión además puede variar. Ahora el sistema quiere una opinión clara, que sea o blanco o negro. ¡Ole el coño de Taylor Swift!", dice. Al comienzo de su documental, disponible en Netflix, se hace una pregunta: ¿Qué tipo de persona eres cuando tu felicidad depende de que la gente te quiera? Le preguntamos a Zahara cuál sería su respuesta.

Soy una yonki de que la gente me quiera 

“Yo diría: 'La misma que yo. Estamos regular. Estoy yendo a terapia Taylor y tú, ¿qué tal?'", dice entre risas. "Esa frase me hizo parar el documental, que comienza con esta pregunta, porque en plena pandemia, estaba con una ansiedad y una tristeza que no se me iban. Al escuchar la pregunta, de repente supe lo que me pasaba: soy una yonki de que la gente me quiera, necesito el aplauso al subirme al escenario. Te tienes que preguntar por qué necesitas ese amor, y ahí empieza el trabajo que hay que hacer para llegar al quid de la cuestión. Fue revelador porque estaba en la nada, odiando la música, odiando todo y en realidad, me estaba odiando a mí misma", dice.

Para terminar, inmersos en la temporada estival, queremos saber si sería capaz de escribir la canción del verano, carente de activismo. Reconoce que le encantaría hacerlo, lograr que no le importara y tener ese lugar en el que hacer una canción con la que divertirse y que le aportara jugosos royalties, pero asegura que siempre siente la necesidad de contar cosas.

"Soy demasiado comprometida con lo que siento. Quiero que lo que digo sea consecuente con lo que siento. Berlin U5 era un intento de hablar de algo fácil, de hablar de una relación sobre el amor y el deseo, pero todo se fue liando y terminé tratando de aspectos más profundos, aunque el tema tenga ese aire festivo. Hasta la canción ligera tiene peso. Quiero aprender de muchos géneros, intento escuchar de todo y no sólo de lo que más me gusta. Estoy atenta a la juventud e incluso entro en el reggaeton y en el trap, porque hay algo ahí que no sé hacer y que si lo aprendiera, sería fantástico. Pero llego hasta donde llego: al final soy presa de mi propio camino, y aunque intento nutrirme de otros estilos, me sale siempre mi estilo, que bebe de muchos, pero tiene mucha identidad. Me caracteriza precisamente la coherencia con lo que soy. Intento estudiarlo y analizarlo, porque seguro que hay algo, y no lo sé encontrar. Si lo descubriera, lo haría. Luego igual no consigo hacer la canción de verano, pero como ejercicio de gimnasia compositiva, lo asumo como reto anual. Al final también vivimos en un momento del fan. Lo que le gusta es el artista que hay detrás, la intrahistoria, la realidad que hay. Si sólo es una IA copiando a Taylor Swift, la gente echaría de menos que lo que contara la IA fuera verdad", explica. 

"Además, al final, digamos lo digamos, estamos trabajando para el sistema más que nadie. Es complicado, es como la autónoma que dice con orgullo que es su jefa, pero no puede enfermar, trabaja 24 horas al día… Sí, eres tu jefa, pero ¿quién es el dueño? El sistema. El sistema oprime y ha triunfado porque ahora trabajamos gratuitamente para él. ¡Bravo, capitalismo! No es el mejor sistema, pero listo es un rato", dice para terminar.

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