Ni sarcasmo, ni mala leche: Drew Barrymore tiene la receta secreta para que Hollywood le cuente sus secretos

De reina de la comedia romántica a la presentadora del momento, la actriz se ha reinventado haciendo de la amabilidad y de las conversaciones dignas de terapia las máximas de un programa tan viral como buenrollero. ¿Nos hemos hartado de las puñaladas traperas?

Vivimos en un momento en el que la-tan-ansiada-viralidad puede deberse a un gesto exagerado (sí, Rosalía: va por ti), a un saludo digno de Fofito (lo decimos por el "¿Cómo están los máquinas?" de David Bisbal) e incluso por disfrutar de unas gotas de lluvia como si de Veuve Clicquot se tratara. El tercer caso es el de Drew Barrymore, que tras haber probado las mieles de la popularidad online, se ha encontrado por sorpresa con un abrumador éxito gracias a su programa de entrevistas a celebridades: 'The Drew Barrymore Show'.

Desde que Ellen DeGeneres dejó la silla vacía, no han sido pocas las celebs que han encontrado en los formatos de entrevistas entre famosas una nueva línea de negocio, como es el caso de Hailey Bieber. Suponemos que disponer de una agenda con los nombres más deseados e inaccesibles garantiza que el equipo de producción no tenga que perder la cabeza para que la celebrity de turno acceda a acudir al programa.

Secretos y terapia

Pero el motivo del éxito del show no radica únicamente en sus conocidos invitados, sino en la forma en la que Barrymore consigue que absolutamente-todo-el-mundo se abra y se sincere con ella. No hablamos de dar un titular a una revista de renombre, sino de soltar auténticas perlas fruto de la construcción de una confianza que tan sólo la inocencia y el candor de Drew Barrymore son capaces de generar.

Por si fuera poco, entre bombazo y bombazo, la actriz se sincera con los invitados como si se encontraran en el salón de su casa, logrando además con sus palabras que todo el mundo suspire y desee que Drew sea su mejor amiga. "Tengo muchas ganas de que llegue el día en el que no tenga que mantener la narrativa de la chica mala", dijo en uno de los programas tras recordar a la audiencia que no ha vuelto a tener pareja desde que hace cuatro años, dejó de beber alcohol. De hecho, el programa ya es conocido precisamente por su inyección de empatía y por ser una especie de terapia 3.0 para las celebridades. "Su show de mediodía radicalmente íntimo es una terapia tanto para ella, como para sus invitados", dice en 'Vulture' E. Alex Jung.

Es innegable que ver una terapia protagonizada por celebridades es una golosina irresistible, pero también lo es el hecho de que al ser Drew parte de la cultura pop, de la historia del cine y en definitiva, de Hollywood, tenemos la sensación de estar viendo a dos famosos contarse sus secretos ante nuestra atenta mirada. Sus entrevistas se han hecho virales y sus seguidores aseguran que cada conversación parece una de esas charlas a altas horas de la madrugada que se mantienen en el baño con una desconocida de la que te conviertes instantáneamente en su mejor amiga. La diferencia es, posiblemente, que mientras que es factible que jamás vuelvas a ver a tu compañera de espejo de baño, Drew termine cenando con sus invitados en el restaurante japonés Nobu, en Los Ángeles.

Ashley Bean / The Drew Barrymore Show

Sus entrevistas son el mejor reflejo de la terapia que su terapeuta, Barry Michels, pone en marcha con ella. Michels apuesta por el método Tools, que cuenta con una propuesta de cinco herramientas sencillas y prácticas con las que promete a sus pacientes encontrar soluciones a sus problemas recurrentes y recuperar tanto el control de sus vidas como la esperanza. "La salud de nuestra sociedad depende del esfuerzo de cada individuo. Cada vez que alguno de nosotros accede a las fuerzas superiores nos beneficiamos todos; por eso quienes saben usar las herramientas tienen una responsabilidad especial y se convierten en los primeros que llevan las fuerzas superiores a la sociedad. Son pioneros en la construcción de una comunidad nueva y fortalecida", escriben Phil Stutz y Barry Michels en 'El método TOOLS', que salió a la venta el 7 de julio. Sus enseñanzas están presentes no sólo en sus preguntas, sino en la forma en la que escucha y reacciona a las respuestas.

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En un momento en el que las docuseries nos brindan el espejismo de estar viendo el verdadero yo de las celebridades, cuando lo cierto es que tienen tal control narrativo que los clips son prácticamente documentales publicitarios de sus marcas personales, Drew, que pasó de ser una niña problemática a la preferida de las comedias románticas, ahora expone sus miserias sin filtros al hacernos partícipes de las luces y sombras de su divorcio, de su vida con sus hijos y su autodescubrimiento.

Por eso el programa, que ya está en su tercera temporada, es el talk show que más está creciendo de todos, con un aumento del 65 % de su audiencia a lo largo de los tres últimos años. Porque es una invitación a pasar cinco días de la semana junto a famosos que deciden que en lugar de pagar cien euros por ir a terapia, van a hacer una ante las cámaras con un icono de Hollywood que también se va a liberar de traumas y secretos.

Los nuevos shows que triunfan ya no persiguen esa maldad que vemos en tantos programas de telerrealidad, repletos de peleas interminables y de puñaladas, sino que apuestan por sonreír, por comprender y sobre todo, por apoyar. Ni sarcasmo, ni mala leche: el ingrediente del nuevo talk show es la empatía, y Drew Barrymore tiene la receta secreta.