Coincidimos en que usar protección solar es fundamental, y en especial cuando se tienen exposiciones prolongadas al sol, ahora que estamos en plena temporada de verano en España. Pero, ¿realmente somos conscientes de la cantidad exacta que hay que emplear y de cada cuánto tiempo hay que reaplicarlo según nuestro tipo de piel?
Esto es más que importante, porque, si no lo hacemos correctamente, nuestra piel puede verse altamente afectada por la radiación ultravioleta. Además, entre otras cosas, según expertos como el dermatólogo Julián Conejo-Mir, "el protector solar es el mejor antienvejecimiento que existe".
¿Cómo saber qué tipo de protector solar debo usar?
En primer lugar, debes conocer tu tipo de piel para elegir un protector solar que actúe correctamente según lo que tu piel necesita. Si eres de piel grasa o con tendencia acneica, lo mejor es usar un protector en gel y con textura ligera que no estimule la producción de sebo.
Por el contrario, si eres de piel seca, una fórmula en emulsión o en crema es adecuado. A la hora de elegirlo, tener uno para el rostro y otro específico para el cuerpo es la mejor de las ideas, ya que ambos tipos de piel poseen características y necesidades distintas. Por ejemplo, la piel del rostro es más fina y delicada que la del resto del cuerpo, por lo cual, lo mejor para la cara es aplicar un protector solar de textura ligera.
Uno de los errores más comunes en la aplicación de crema solar es ponerse una cantidad insuficiente de producto. La cantidad debe ser la óptima para estar protegidos, y debe extenderse por toda la piel de manera uniforme. La recomendación por lo general es aplicar una cantidad de aproximadamente 30 ml por todo el cuerpo, pero pese a esto, las reaplicaciones cada dos horas aproximadamente son necesarias.
Pero estas reaplicaciones no deben ser exageradas en cuanto a cantidad, porque poner mucha cantidad de producto no significa que vayamos a tener mayor protección solar. Lo idóneo es poner la cantidad justa y necesaria para que tu piel se mantenga protegida continuamente de la radiación solar. Ahora bien, ¿hay algún truco infalible para acertar siempre en la cantidad? Los expertos dicen que sí, y al parecer, es más sencillo de lo que pensamos.
Es tan básico como usar los dedos de nuestras manos. Para la piel del rostro, es muy intuitivo. La cantidad adecuada se averigua con solo impregnar producto en dos dedos, a modo de dos líneas extendidas que luego se esparcen por la frente, la nariz, los pómulos y la barbilla. Para la piel del cuerpo, según qué zona en cuestión, se usarán más o menos dedos. En el caso de los brazos, seguimos el mismo procedimiento que con el rostro, pero utilizamos dos dedos en cada uno de ellos.
En el torso, se dice que impregnar cuatro dedos con producto es lo correcto para que la zona quede cubierta perfectamente, y lo mismo sucede con la espalda, pero en este caso necesitarías ayuda de alguien externo para aplicar el producto. Por último, estarían las piernas, que al igual que los brazos, con aplicar producto en dos dedos y extenderlo en cada una de ellas, tendrás garantizada una completa protección. ¿Qué te parece? ¿Te animarías a probarlo?
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