Los distintivos ambientales de la DGT clasifican los vehículos del parque automovilístico y los de nueva compra según su nivel de emisiones. Los dos grandes grupos de pegatinas, por así decirlo, son, por un lado, las que se conceden a los coches con un cierto nivel de electrificación (la Eco y la 0) y las que se den a los coches que todavía funcionan con motor térmico (la B y la C).
La mayoría de coches del parque automovilístico lucen la etiqueta B y los de nueva fabricación de motor térmico llevan la etiqueta C. Para entender las principales diferencias entre una y otra, lo primero que hay que saber es a qué tipo de vehículo se concede cada una.
A qué vehículos se concede la pegatina C
La etiqueta C estaría por debajo de la 0 y la Eco en el orden de restricciones, privilegios y emisiones de la DGT. Se concede, por un lado, a turismos y vehículos comerciales ligeros de gasolina que pertenezcan a la normativa Euro 4, 5 o 6; y a los diésel que sean Euro 6.
Esta pegatina también es para vehículos de más de 8 plazas, excluido el conductor, y transporte de mercancías que pertenezcan a la normativa Euro 6, independientemente del combustible. Finalmente, la etiqueta C es para vehículos de la categoría L que sean Euro 3 o Euro 4.
Para qué vehículos es la etiqueta B
La etiqueta B sería el último escalón de los distintivos de la DGT, sin contar con la pegatina A que está destinada a los vehículos más contaminantes, quienes también circulan sin etiqueta. Este distintivo se concede, por un lado, a turismos y comerciales ligeros gasolina de Euro 3 o a los diésel de Euro 4 y 5.
También se da a vehículos de más de 8 plazas y transporte de mercancías de normativa Euro 3 y Euro 4 de cualquier tipo de combustible fósil y a vehículos ligeros de categoría L de normativa Euro 2.
Diferencias entre la pegatina C y la B de la DGT
Por norma general, aunque este principio hay que tomarlo con pinzas ya que cada municipio puede regular su zona de bajas emisiones como bien considere, los coches de etiqueta B y C comparten ciertas libertades a la hora de circular, pero también presentan ciertas diferencias.
Por ejemplo, los coches con etiqueta C pueden acceder y circular sin problemas al interior de las ZBE y pueden estacionar sin restricciones, mientras que los coches con etiqueta B solo pueden acceder y encontrar un parking de acceso público donde quedar estacionados.
Haciendo referencia a lo especificado en el primer párrafo de este epígrafe, los coches con etiqueta C que no sean residentes en la ZBE de Madrid no podrán aparcar en una zona de estacionamiento regulado, por lo que deberán buscar como los coches con etiqueta B un parking donde poder estacionar. En otras ciudades como Barcelona, ciertas restricciones solo se aplican a los vehículos sin etiqueta.
Igualmente, los coches con etiqueta C pueden no sufrir de manera tan restrictiva las medidas que se imponen cuando hay episodios de contaminación alta, cuando llega un momento que los vehículos con etiqueta B deben dejar de circular. Por último, se rumorea que los coches con etiqueta B dejarán de poder circular por la ZBE de Madrid en los próximos años, mientras que los de pegatina C sí podrían seguir circulando, supuestamente.
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