¿Cuánto sabes de movilidad eléctrica? Estos son los motores electrificados que puedes encontrar

La movilidad eléctrica es ya una opción más a la hora de comprar un coche, pero los coches eléctricos son mucho más de lo que pueda parecer. Estos son los diferentes motores que se pueden encontrar dentro del mundo de la electrificación.
Punto de recarga en un aparcamiento interior de Barcelona.
Punto de recarga en un aparcamiento interior de Barcelona.
ACN
Punto de recarga en un aparcamiento interior de Barcelona.

Cuando hablamos de coches eléctricos, normalmente, hacemos referencia a los eléctricos puros o similares, pero hay toda una gama de motores electrificados más allá de los híbridos o de los 100% eléctricos enchufables. Para encontrar el tipo de coche que más se ajuste a nuestras necesidades, es necesario conocer todas las opciones que hay en el mercado.

Cuando hablamos de vehículos eléctricos nos referimos a un grupo de tecnologías que van a utilizar distintos grados de electrificación para mover el vehículo. Desde Mann+Hummel explican los diferentes grados de electrificación que podemos encontrar en el mercado.

Para abarcar todos los motores electrificados, las explicaciones hay que darlas cubriendo de menos a más el componente eléctrico de cada motorización. La primera de todas es la MHEV o hibridación suave, que acaba en la pila de hidrógeno. 

Diferentes tipos de motores eléctricos

Los coches "mild hybrid" (MHEV) son aquellos que cuentan con una pequeña asistencia eléctrica siendo vehículos térmicos tradicionales. "La energía recuperada en las frenadas se va a acumular en una batería y va a servir de ayuda al motor térmico en momentos puntuales de aceleración, arranque y también para alimentar el consumo de los sistemas eléctricos", explican desde Mann+Hummel. Solo pueden circular en modo 100% eléctrico de manera excepcional y estos coches, por el momento, tienen la etiqueta ECO de la DGT.

Los siguientes son los coches híbridos (HEV). Equipan un motor eléctrico en la cadena cinemática para asistir al motor de combustión, restándole esfuerzo para bajar el consumo de combustible y las emisiones contaminantes. 

Recurren a la frenada regenerativa y al propio motor térmico para recargar las baterías y, aunque pueden moverse en modo 100% eléctrico, su autonomía es muy limitada. Normalmente están por debajo de los 40 kilómetros de autonomía en modo totalmente eléctrico y por ello tienen etiqueta ECO de la DGT

El tercer escalón son los híbridos enchufables (PHEV). Tienen un motor de combustión acompañado de uno o varios motores eléctricos, así que se pueden elegir los modos de conducción: eléctrico, de combustión o combinando ambos. 

Disponen de varios rangos de autonomía en modo 100% eléctrico, por lo que pueden llegar a recibir incluso la etiqueta ambiental 0 de la DGT, la que corresponde a los vehículos menos contaminantes. 

Coches eléctricos de batería y de pila de combustible

El siguiente salto son los coches eléctricos de baterías (BEV), conocidos como eléctricos puros ya que circulan en modo 100% eléctrico gracias a la energía almacenada en las baterías. Para recargarlos hay que enchufarlos a la red eléctrica. 

Disponen de etiqueta 0 de la DGT, la que da más libertades a la hora de moverse en ciudad o en zonas de bajas emisiones. La mayor pega de estos coches es la falta de puntos de recarga y la autonomía, ya que los coches con más rango de uso de la batería tienden a ser los más caros. 

El último eslabón de la cadena de electrificación son los coches eléctricos de pila de hidrógeno (FCEV). "La potencia del vehículo se genera directamente por la reacción química entre el oxígeno del exterior y el hidrógeno que se transporta en el depósito", explican desde Mann+Hummel. 

La ventaja de la pila de combustible es que lleva mucho menos tiempo llenar el tanque con hidrógeno que cargar la batería, además de que la autonomía de estos coches es mucho mayor. Obviamente, disponen de pegatina 0 de la DGT.

El hidrógeno es una solución ideal para los vehículos industriales, pero esta realidad todavía no ha llegado a implementarse del todo en los turismos. En España hay apenas tres modelos de coche hidrógeno en circulación y son muy pocos los conductores que han decidido apostar por este tipo de vehículos. Primero, por su elevado precio y, segundo, por las dificultades a las que se enfrentan todavía en lo que a la recarga del hidrógeno y repostaje del vehículo se refiere. 

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