¿A 90 o a 120? La polémica de la DGT sobre la velocidad recomendada para ahorrar gasolina

Un camión pasa junto a una señal de límite de velocidad de tráfico en la A-49, cerca de Sevilla.
Señal de velocidad máxima a 120 kilómetros por hora.
REUTERS / Marcelo del Pozo
Un camión pasa junto a una señal de límite de velocidad de tráfico en la A-49, cerca de Sevilla.

La velocidad, además de ser un factor de riesgo en carretera, también influye directamente sobre el consumo de combustible del vehículo, aunque no es el único parámetro que interviene en el gasto de gasolina. La Dirección General de Tráfico quiso dar cuenta de ello en sus redes sociales, aconsejando a los conductores que mantuvieran sus cuentakilómetros alrededor de los 90 kilómetros por hora para favorecer el ahorro de carburante, aunque el consejo no fue exactamente bien recibido. 

Más bien, al contrario. Los usuarios de Twitter saltaron contra la DGT avisando de los peligros de conducir a 90 kilómetros por hora en vías de alta capacidad. Y es que en la publicación de Tráfico se comparaban las bondades (entre ellas, un ahorro de carburante del 30%) de circular a esta velocidad con ir a 120 kilómetros por hora.

Las respuestas contra el tweet avisaban de los peligros de conducir a 90 en vías como autopistas o autovías: se entorpece el tráfico y se fuerzan maniobras de adelantamiento peligrosas. Aunque la DGT intentó convencer a los conductores de que su consejo se refería las carreteras convencionales, esta explicación no calmó demasiado los ánimos. 

¿Realmente reduce el consumo?

Otro aspecto por el que los internautas atacaron el post de la DGT fue por la veracidad de los datos: ¿efectivamente circular a 90 reduce el consumo de combustible? Según muchos conductores, depende de más factores e, inevitablemente, del vehículo que se conduzca. 

Circular con marchas más largas y mantener una velocidad estable ayuda a contener el consumo de combustible, por lo que sería necesario circular entre 5 y 6 marcha para comenzar ahorrar, superando los 90 km/h. La aerodinámica y otros fenómenos externos, como el viento, también van a favorecer que el consumo se incremente. Por último, el estado de los neumáticos, los filtros del aire y el aceite también serán protagonistas en el consumo de gasolina.

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