Viendo la imagen podría pasar perfectamente por una biblioteca pública si no fuera porque se trata de la planta baja de una vivienda particular. (Foto: Hiroshi Kinoshita y Asociados).
Hiroshi Kinoshita y AsociadosEl propietario de la vivienda, de dos plantas, es un ávido lector que decidió montar esa biblioteca en su planta baja y compartir su gran placer con los demás. (Foto: Hiroshi Kinoshita y Asociados).
Hiroshi Kinoshita y AsociadosEsta peculiar casa, tan poco convencional, se encuentra en un pequeño pueblo japonés y ha sido diseñada por el estudio de arquitectura Hiroshi Kinoshita y Asociados (Foto: Hiroshi Kinoshita y Asociados)
Hiroshi Kinoshita y AsociadosSin duda su gran particularidad es que está abierta a cualquier persona pese a tratarse de una vivienda privada. Los lectores pueden sentarse tranquilamente y disfrutar de los libros (Foto: Hiroshi Kinoshita y Asociados)
Hiroshi Kinoshita y AsociadosSon seis puertas correderas las que dan acceso a la biblioteca. Este atractivo diseño encaja perfectamente con el ambiente tranquilo que se respira normalmente en el pueblo. (Foto: Hiroshi Kinoshita y Asociados).
Hiroshi Kinoshita y AsociadosTanto las estanterías, como el banco o el techo están hechos de hormigón. (Foto: Hiroshi Kinoshita y Asociados)
Hiroshi Kinoshita y AsociadosTal y como se aprecia en la instantánea, el color blanco predomina en la construcción. Las estanterías están a los lados y en el centro hay un gran banco para poder sentarse a leer. (Foto: Hiroshi Kinoshita y Asociados)
Hiroshi Kinoshita y AsociadosMás allá de la sala principal, hay una segunda sala más pequeña que también tiene libros, aunque en este caso las estanterías se encuentran en el centro de la estancia. (Foto: Hiroshi Kinoshita y Asociados)
Hiroshi Kinoshita y AsociadosUna escalera conduce al piso superior, que no está abierto al público y forma parte de las dependencias privadas del propietario (Foto: Hiroshi Kinoshita y Asociados)
Hiroshi Kinoshita y AsociadosLa planta de arriba guarda muchas similitudes con la de abajo. Aunque no hay libros, el hormigón y el color blanco están presentes por todas partes. (Foto: Hiroshi Kinoshita y Asociados)
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