Casi el 60% de la población tiene menos de 14 años. La tasa de fertilidad es de unos 7 hijos por mujer. Con una poligamia aceptada y extendida, es habitual ver núcleos familiares de 15 niños y niñas, como este en la aldea de Ken Dema: son Tayaba y Atara, las dos esposas, e Ibrahim, el marido, junto a su numerosa descendencia.
SAVE THE CHILDREN / PEDRO ARMESTREEn los periodos entre cosechas, que van de junio a septiembre, se come lo que se ha podido almacenar en los graneros. Si las lluvias no llegan, las reservas se acaban, y el precio prohibitivo del grano en el mercado hace que las familias no encuentren manera de alimentar a sus hijos. En la región sureña de Maradi, 1.350 familias -más de 9.000 personas- han podido comprar alimentos este año gracias a las transferencias de dinero en efectivo que ha puesto en marcha Save the Children.
SAVE THE CHILDREN / PEDRO ARMESTRECuando las cosas vienen mal dadas, los hombres emigran hacia Libia, al norte, o a Nigeria, al sur. Miles de madres se quedan entonces solas con sus hijos sin medios para alimentarles. A menudo caminan 15 o 20 kilómetros para buscar la ayuda sanitaria que necesitan en centros de atención a la desnutrición moderada y severa, como este de Aguié, al sur del país. Sus maridos a veces mandan dinero, a veces no. A veces vuelven, a veces no.
SAVE THE CHILDREN / PEDRO ARMESTREUn niño llora en brazos de su madre mientras espera su turno en el centro de recuperación nutricional de Aguié, al sur de Níger, donde se atiende a los casos moderados.
SAVE THE CHILDREN / PEDRO ARMESTRELa buena noticia es que la mayoría de los niños y niñas tratados aquí recuperan su salud. Las tasas de recuperación, gracias al seguimiento sanitario, superan el 80%. En los libros de registro que muestra el personal del centro al equipo de Save The Children, se puede ver repetida la parabra “guéri”, curado (en francés).
SAVE THE CHILDREN / PEDRO ARMESTREEn el centro vecino, donde acaban los casos más graves, un niño en estado de desnutrición aguda es monitorizado para revisar sus constantes vitales. “Nunca te acostumbras a esto”, cuenta el director del CRENI, Ibrahim Seydou. Y está bien que así sea.
SAVE THE CHILDREN / PEDRO ARMESTREMadres esperan desde temprano a que comience la atención en el centro de educación nutricional de Aguié, al sur de Níger.
SAVE THE CHILDREN / PEDRO ARMESTREEn los casos moderados y severos, que todavía no han llegado al peor estadio del hambre, el Pumply Nut hace milagros. Con este super alimento terapéutico, los niños se recuperan en pocos días, pero el precio de este valioso reconstituyente también ha aumentado y puede seguir haciéndolo hasta un casi un 20% de lo que costaba en 2021
SAVE THE CHILDREN / PEDRO ARMESTREEn el centro vecino, donde acaban los casos más graves, un niño en estado de desnutrición aguda es monitorizado para revisar sus constantes vitales. “Nunca te acostumbras a esto”, cuenta el director del CRENI, Ibrahim Seydou.
SAVE THE CHILDREN / PEDRO ARMESTREMadres esperan desde temprano a que comience la atención en el centro de educación nutricional de Aguié, al sur de Níger.
SAVE THE CHILDREN / PEDRO ARMESTREEn los casos moderados y severos, que todavía no han llegado al peor estadio del hambre, el Pumply Nut hace milagros. Con este super alimento terapéutico, los niños se recuperan en pocos días, pero el precio de este valioso reconstituyente también ha aumentado y puede seguir haciéndolo hasta un casi un 20% de lo que costaba en 2021.
SAVE THE CHILDREN / PEDRO ARMESTREUna madre agotada es consolada por su hijo en el centro de educación nutricional para casos moderados de Aguié. Al fondo, el cabello de otro niño se ha aclarado, un síntoma habitual de la malnutrición.
SAVE THE CHILDREN / PEDRO ARMESTRELa balanza como la gran amenaza. Sin una movilización extraordinaria de recursos, la crisis de hambre que se avecina será de unas dimensiones que no veíamos hace 40 años.
SAVE THE CHILDREN / PEDRO ARMESTREA Tayaba ya se le murió un hijo. Teniendo en cuenta la tasa de mortalidad infantil del país, ese es el número que le tocaría a cada madre nigerina. En situaciones como la de este verano, el dinero mensual que le transfiere Save the Children le da para alimentar a su familia sin riesgos.
SAVE THE CHILDREN / PEDRO ARMESTREAmina permanece ingresada en el centro de recuperación nutricional para (CRENI) de Aguié. Aquí se tratan casos de desnutrición aguda como este, en los que la única posibilidad de recuperarse pasa ya por la alimentación medicalizada.
SAVE THE CHILDREN / PEDRO ARMESTRELa enfermera Salamatou Badamassi pesa a un niño ingresado en cuidados intensivos, en Aguié, región de Maradi, al sur de Níger. La sequía extrema y el aumento de precios del cereal y los fertilizantes tras la guerra de Ucrania aboca a media África a una crisis de hambre sin precedentes.
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