Lo primero que debemos saber sobre los guacamayos es que empleamos su nombre de manera errónea, ya que no se trata de una sola especie, si no que ese término engloba diferentes especies. "Es un término muy de estar por casa que utilizamos para referirnos a especies grandes como las del género Ara, el guacamayo jacinto o los del género Anodorhynchus o Hyacinthinus, pero hay muchos más", detalla Valls. "Hablamos de animales que sobrepasan los 700-800 gramos de peso pudiendo llegar a los 1400 o 1500, con una envergadura de alas muy grande, características que añaden un reto más a la dificultad de mantener psitácidas en casa".
AVETROPICConocer de dónde proceden estos animales nos ayuda a entender mejor el hábitat en el que tienen que convivir, por ello, el experto en psitácidas recuerda que se trata de aves procedentes de Centroamérica y Sudamérica. "Viven en hábitats boscosos, como selvas muy densas y húmedas, aunque varía un poco en función de la especie", comenta. "También en bosques menos densos y más abiertos, tipo una sabana arbolada pero, en general, no son muy exigentes en cuanto al espacio en el que viven (salvo especies concretas)".
AVETROPICUn dato importante sobre los guacamayos es que son animales muy longevos, pudiendo alcanzar los 70 u 80 años si se les proporcionan los cuidados adecuados. "Viven en grupos amplios generalmente durante la gran parte del año, normalmente en pareja y junto a sus polluelos", relata el experto en psitácidas. "Es por esto que, si vamos a tener un guacamayo, es siempre mejor tener un grupito de ellos y en las instalaciones apropiadas, ya que tenerlos solos crea un vacío en ellos que no es deseable".
AVETROPICEn la naturaleza, los guacamayos comen tierra y arcilla, lo que se conoce como geofagia y son animales "herbívoros generalistas". "Comen diferentes tipos de semillas con hidratos de carbono y lípidos, como las nueces o las almendras", explica Valls. "Sus necesidades en cautividad dependen más del estilo de vida que tengan, aunque sí es cierto que tienen una cierta tolerancia a niveles de grasas más alta que otras especies, que tenderían más a la obesidad". En cualquier caso, el experto recuerda que la fórmula para alimentarles es la misma que con el resto de loros: una base de pienso de calidad, una parte de frutas y verduras y un extra de mezcla de semillas (que en este caso podría tener más peso que en otras especies).
AVETROPIC"Como siempre, tenemos que intentar adaptar el enriquecimiento ambiental a las características del animal", detalla Valls. "Si le damos un saquito de comida, en el caso de los guacamayos, tendrá que ser proporcional a su tamaño, necesitando, quizás, una pequeña cajita de cartón. De hecho, los guacamayos disfrutan mucho rompiendo cosas como, por ejemplo, juguetes de madera". En este sentido, el experto aconseja utilizar diferentes materiales con formas y tamaños distintos, pero pensando en el tamaño de las patas del animal, ya que los guacamayos son capaces de agarrar objetos con sus garras".
AVETROPICPara mantener guacamayos, la cantidad de espacio que necesitamos es realmente un punto fundamental para que desarrollen todos sus comportamientos al completo, incluido el vuelo. "Aunque siempre está bien que tengan mucha vegetación, ramas y árboles, entre otros, el diseño del espacio donde les mantengamos tiene que estar también pensado para que puedan aprovecharlo a la hora de moverse, ya que necesitan más espacio para alzar el vuelo", explica Valls. "Que no puedan transportarse volando puede convertirlos en animales muy dependientes de nosotros".
AVETROPICUna curiosidad de los guacamayos que les diferencia de otras especies de loros es que disponen de un parche facial, "una parte de piel desnuda y sin plumas repleta de pequeñas plumitas que formas líneas sobre su cara", cuenta el experto. "Eso es como una huella dactilar, no hay dos iguales y es la forma que tienen de identificarse. Cuando se sobreexcitan (tanto para bien, como para mal), ese parche facial se les suele poner rosado o rojizo, una característica que no se ve en otros loros".
AVETROPICTodos estos consejos que nos ofrece Valls, son tan solo una buena base para que podamos mantener a los guacamayos en unas condiciones adecuadas para evitar problemas de salud como el picaje, o de agresividad, como los picotazos, ya que algo que debemos pensar mucho es que cualquier problema que tengamos con estos loros se magnifica, al igual que las consecuencias. "No es lo mismo que te lance un picotazo un periquito a que lo haga un guacamayo, por motivos obvios y, debemos tener muy presente que son animales longevos que necesitan cuidados diarios que nos llevará su tiempo y dedicación", concluye Valls.
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