Greg Thomas, de 31 años, voló especialmente, junto con su mujer desde California hasta la casa del cantante en el condado de Wiltshire, al suroeste de Londres, para darse un lujo que le permite su holgada situación económica.
El millonario contrató al cantante para que les brindase un concierto privado, que comenzó siete horas después de lo previsto ya que el cantante estaba demasiado alcoholizado.
A pesar de la espera, los dos únicos espectadores no reclamaron su dinero.
Pete Doherty ha declarado al periódico británico Mail on Sunday que "la pareja que solicitó mis servicios eran auténticos amantes de la música". Por lo que la pareja supo esperar con paciencia hasta que el espectáculo comenzó.
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios