El otoño, que comenzará este viernes a las 9.05 horas, tendrá temperaturas y precipitaciones "normales" para esta época del año y similares a los del año anterior, debido a una posible reactivación del fenómeno de 'La Niña', que hasta ahora parecía "adormecida", según ha explicado el jefe del Grupo de Predicción y Vigilancia de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Castilla y León, Juan Pablo Álvarez Alonso.

En declaraciones recogidas por Europa Press, Álvarez Alonso ha confirmado que de acuerdo con los modelos de predicción estacional "no se aprecian señales que alejen a Castilla y León de estos valores normales", al tiempo que ha advertido de que será un otoño "ligeramente frío, sobre todo en las temperaturas mínimas".

En concreto, la temperatura media prevista para el mes de octubre es de 12 grados, mientras que en noviembre será de siete y en diciembre, de cinco. En el caso de Valladolid, la media alcanzará los 12,7 grados en octubre, los 7,7 en noviembre y los 5 en diciembre.

Por su parte, la media de las precipitaciones será de 48 litros por metro cuadrado en octubre, 51 en noviembre y 56 en diciembre, aunque estos cálculos se basan en una información "que se tiene que actualizar permanentemente".

De esta forma, se espera que los últimos días del verano dejen los termómetros con máximas de 30 grados en la meseta y de 25 en las zonas de montaña de Castilla y León, con mínimas que rondarán los 12 grados. El viernes 23, día de entrada del otoño, una masa de aire inestable podrá generar tormentas localmente moderadas.

Precisamente el trimestre de junio a agosto fue "más cálido" de lo habitual, con una temperatura media en la Comunidad de 19,9 grados, 0,4 por encima de la media, mientras que en el conjunto de España ésta fue de 23,2, 0,9 grados por encima de lo normal.

Distribución geográfica

Concretamente, en el sur de las provincias de Ávila y Segovia se alcanzaron las temperaturas más altas, alrededor de un grado más que la media, en tanto que el norte de León y Palencia ha tenido valores algo más frescos, entre 0 y un grado menos que el resto de Castilla y León.

Según ha explicado el delegado de Aemet en la Comunidad, José Pablo Ortiz, se ha tratado de un trimestre "cálido", a pesar de que no ha transmitido esa sensación, debido a lo "atípico" de su distribución temporal, ya que se han alternado periodos de altas temperaturas con otros de bajada térmica.

Así, junio comenzó con frío e incluso heladas, pero los valores se incrementaron progresivamente hasta alcanzar una media de 26 grados el 26 de junio, la más alta de todo el verano, con una máxima media de 35 grados y una mínima de 16, y registros que superaron los 40 grados en los valles del sur de Ávila.

Por su parte, en julio se produjo un descenso "brusco" del mercurio, ya que sólo se superaron los 30 grados durante los primeros días, el día 11 y a finales de mes, mientras que "ninguna capital tuvo 'noches tropicales'; es decir, con mínimas por encima de 20 grados".

Sin embargo, entre el 15 y el 20 de agosto regresó el calor pero sin sobrepasar los registros de junio, aunque el mes concluyó con nuevos descensos térmicos. PRECIPITACIONES

Por lo que se refiere a las precipitaciones, Castilla y León tuvo un 28 por ciento menos de lluvias de lo normal según el periodo de referencia. La mayoría de la Comunidad tuvo entre el 50 y el 75 por ciento de las precipitaciones habituales, aunque existen lugares en las provincias de Soria, Segovia, Ávila, Salamanca, Zamora y León donde ni siquiera se alcanzó ese 50 por ciento. No obstante, el noroeste de la región tuvo entre un 75 y un 100 por cien de las precipitaciones de referencia.

De esto se desprende que en toda la Comunidad llovió menos de lo habitual, con una media de precipitaciones situada en 58 litros por metro cuadrado, una media que bajó hasta los 40 en el sur.

La distribución temporal de estas lluvias se concentró en julio, debido a la entrada de frentes atlánticos en el norte, mientras que en junio fueron escasas e irregulares, concentradas en forma de tormentas que dejaron un total de 4.038 rayos, mientras que el máximo de precipitaciones se alcanzó en la localidad zamorana de Villafáfila (61 litros por metro cuadrado).

En julio, fue Segovia la ciudad que más lluvia tuvo (40 litros por metro cuadrado), con un total de 5.765 rayos en toda Castilla y León. Sin embargo, el mes de mayor actividad convectiva fue agosto, con 15.216 rayos, 3.971 de los cuales cayeron el 21 de agosto.

Por lo que se refiere al año hidrológico, desde el 1 de octubre de 2010, en Castilla y León se registran valores normales, frente al incremento del conjunto nacional, donde sólo en el norte de León se ha superado en un 25 por ciento los registros habituales.

En concreto, de diciembre a marzo se produjo un superávit que se mantuvo en la primavera, pero que ha descendido progresivamente a lo largo del verano por efecto de las pocas precipitaciones de esta estación.

Por último, la jefa de la Unidad de Estudios y Desarrollo de la Agencia en la Comunidad, Nieves Garrido, ha explicado que el mes de septiembre ha sido, hasta el momento, "el quinto más cálido" de los últimos 40 años, con una máxima media para Valladolid de 28,6 grados, mientras que la media de las mínimas fue de 13 grados, la tercera más alta de los últimos años.