Obama no intervendrá en Irak pese al avance yihadista y solo da su apoyo a las autoridades

  • Obama ha descrito la situación como un "problema regional a largo plazo" y ha pedido al Gobierno de Irak resolver políticamente la crisis.
  • Se ha comprometido a ayudar a las autoridades iraquíes a hacer frente a los guerrilleros, "Estados Unidos hará la parte que le corresponda", afirma.
  • "EE UU no se va a implicar en una acción militar en ausencia de un compromiso político que lleve a que las partes trabajen juntas en Irak", ha asegurado.
  •  Obama se mostró muy crítico porque EE UU ha "invertido mucho dinero" en entrenar y equipar a Irak y, "a la primera de cambio han desertado". 
  • El máximo clérigo chií iraquí llama a la yihad contra los insurgentes suníes.
El presidente estadounidense, Barack Obama, habla después de una reunión bilateral.
El presidente estadounidense, Barack Obama, habla después de una reunión bilateral.
EFE
El presidente estadounidense, Barack Obama, habla después de una reunión bilateral.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha asegurado este viernes que no hará regresar a las tropas estadounidenses para combatir contra las milicias del Estado Islámico de Irak y Siria (ISIS), que ha descrito como un "problema regional a largo plazo", aunque se ha comprometido a ayudar a las autoridades iraquíes a hacer frente a los guerrilleros.

"Es un problema regional y será un problema regional durante mucho tiempo", ha advertido el presidente, que se ha referido a los enfrentamientos entre el ISIS y el Ejército iraquí como un "conflicto sectario". "Estados Unidos hará la parte que le corresponda, pero cualquier tipo de acción que emprendamos deberá estar acompañada por los esfuerzos de los líderes iraquíes", ha hecho saber ante los medios.

Ha asegurado que EE UU hará su parte para frenar el avance de los extremistas en Irak, pero pidió a las autoridades de Bagdad un esfuerzo por resolver políticamente la crisis.

Obama dejó claro que las tropas de EE UU "no volverán a combatir en Irak" pero dejó la puerta abierta a otras opciones militares, entre ellas la que se baraja con más fuerza: ataques aéreos selectivos.

El presidente estadounidense dijo en los jardines de la Casa Blanca que revisa opciones con su equipo de seguridad, pero será necesario que los iraquíes se comprometan a poner de lado las diferencias sectarias entre musulmanes suníes y chiís.

Posible acción militar

Según el gobernante, la decisión de una posible acción militar "llevará varios días", ya que deben analizar la información de inteligencia y hablar con el Gobierno del primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, para que "esas acciones sean precisas".

"Estados Unidos no se va a implicar en una acción militar en ausencia de un compromiso político que lleve a que las partes trabajen juntas en Irak", aseguró Obama antes de partir hacia una reserva india en Dakota del Norte.

El Gobierno iraquí, que encabeza el chiita Al Maliki, ha pedido a Washington apoyo aéreo para frenar los avances de la milicia extremistas suní del Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL), que también interviene en la guerra civil siria.

Obama se mostró muy crítico por el hecho de que Estados Unidos haya "invertido mucho dinero" en entrenar y equipar a las Fuerzas Armadas iraquíes y, "a la primera de cambio", esos militares hayan desertado ante la llegada de los rebeldes del EIIL.

"Hemos realizado una gran inversión y sacrificios en Irak, para que los iraquíes tengan oportunidades, pero son ellos las que las tienen que aprovechar", opinó Obama.

"El hecho de que las fuerzas de seguridad iraquíes no quieran defender sus puestos y luchar contra los terroristas indica que hay un problema de moral y compromiso, algo que está enraizado en los problemas político en el país", opinó el presidente de EE UU.

Guerra sectaria

Estados Unidos ocupó Irak en la primavera de 2003 y poco después derrocó al dictador Sadam Husein, que había oprimido a los chiís durante años.

El entonces presidente, George W. Bush, desintegró toda las instituciones estatales de Irak, lo que alentó una dura guerra sectaria entre suníes y chiís (que son la mayoría de la población del país) y también con los kurdos, también suníes en su inmensa mayoría.

Tras un aumento de la presión militar, Estados Unidos consiguió estabilizar la situación en el país y favorecer la formación de un Gobierno, al que ha ayudado con entrenamiento militar y armamento.

Obama, que llegó a la Presidencia con la promesa de salir de Irak, retiró todas las tropas del país a finales de 2011, un movimiento duramente criticado por algunos republicanos.

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