El ciclo de cine titulado 'Manuel de Oliveira. La memoria de Portugal', organizado por el Museo Nacional Colegio de San Gregorio de Valladolid, continuará hoy y mañana con las proyecciones de 'Inquietud' y 'O día do desespero'.

Según informaron a Europa Press fuentes del espacio cultural, hoy se proyectará a las 22.00 horas en la capilla del Museo 'Inquietud', trabajo en el que el director fusiona tres relatos de diversas épocas y estilos: una extraña obra teatral de Pista Monteiro, un relato de Antonio Patricio titulado Suzy, como la protagonista de una de las historias, y un cuento de Agustina Bessa-Luis (fuente habitual de inspiración para Oliveira).

Mañana a la misma hora será el turno de 'O día do desespero', que se centra en el último año de la vida del escritor Camilo Castelo Branco en las postrimerías del siglo XIX y en el que Oliveira utiliza las cartas que escribió en esa época el autor, moviéndose nuevamente en el terreno de la ficción y el documental.

"'O día do desespero' e 'Inquietud' evidencian la capacidad del cine de Oliveira para afrontar temas tan complejos como el deseo de inmortalidad desde una sólida base literaria que convierte sus películas en poemas visuales", destacaron las mismas fuentes.

El ciclo ha programado también las proyecciones de 'Los paneles de san Vicente. Visión Poética', exhibida por primera vez en España y una de las últimas obras del cineasta luso, que parte de uno de los principales iconos de la pintura portuguesa para formular una reflexión muy personal y utópica sobre la igualdad de los pueblos, y 'Aniki-Bobó'.

Este último es su primer largometraje, fechado en 1942 y basado en una novela de Jose Rodrigues de Freitas, en el que Oliveira presenta un documento único de su Oporto natal en el que narra las aventuras cotidianas de una pandilla de chicos de los barrios más humildes.

Manuel de Oliveira nació en 1908 y fue un enamorado del cine desde muy joven y buscó aproximarse a él "no con el propósito de llegar a dirigir, sino como actor, tarea para la cual contaba con la ventaja de su prestancia física y su condición atlética: había sido campeón de salto en alto, trapecista y corredor de autos, disciplina en la que obtuvo más de un triunfo resonante".

A sus 101 años, lleva desde inicios de los años 90 filmando una obra por año y Oliveira cultiva un cine muy moral: analiza problemáticas existenciales "con una mirada irónica y desengañada, sirviéndose de personajes complejos que no caen en estereotipos y de un fino sentido de la ironía".