El número de usuarios que demandan servicios sociales y, por tanto, el trabajo en el Área de Bienestar Social del Ayuntamiento de Málaga, ahora llamada de Derechos Sociales, se ha triplicado desde 2007 y, aunque parece que en 2011 la situación se está estabilizando, "seguimos teniendo un volumen de expedientes acumulados muy alto".

Así lo ha expresado el concejal de Derechos Sociales, Francisco Pomares, quien ha advertido de que desde 2008 el área que ahora dirige, y en la que ya trabajaba como director durante el mandato anterior, recibe anualmente una media de 5.000 expedientes nuevos —sin tener en cuenta los derivados de la Ley de Dependencia—.

De esos 5.000, en torno al 80 por ciento no corresponde a perfiles de los considerados tradicionales, sino que son personas que, especialmente, como consecuencia de la crisis se han visto abocadas a pedir ayuda a la Administración. De hecho, en los últimos tres años el Ayuntamiento ha abierto más de 15.700 expedientes nuevos demandando servicios sociales.

En cuanto al presente año, Pomares ha señalado a Europa Press que "parece que la situación se va estabilizando y que los repuntes fuertes están pasando". Sin embargo, ha hecho hincapié en que, pese a ello, "seguimos teniendo un volumen acumulado de más de 57.000 expedientes", por lo que "tenemos que seguir trabajando y recuperando a gente".

Al respecto, ha reconocido que desde su departamento "podemos trabajar para sustentar a estas personas, pero hasta que no vuelva a generarse empleo es difícil cumplir nuestro objetivo final, que es que sean felices". Como ha precisado, "no sólo es un problema económico, sino también de falta de esperanza, lo que hace que no creas en ti y se generen conflictos familiares o de adicciones, por ejemplo".

El objetivo actual del Consistorio es, dada la situación económica, trabajar para que "las personas tengan acceso a las garantías mínimas de vida ante la falta de empleo o de vivienda". "Tenemos que acompañar a los ciudadanos en ese proceso, ofreciendo las herramientas de las que disponemos, pero sobre todo siendo su voz a nivel andaluz y nacional", ha expuesto, añadiendo que "los ayuntamientos somos los que realmente estamos acompañando a la gente en estos momentos, somos sus altavoces".

De todos modos, ha valorado, como aspecto en cierta forma positivo, que con esta grave situación por la que pasa el país se haya conseguido, al menos, que "una persona vaya a ver al trabajador social como si fuera a ver a su médico de cabecera, con normalidad", y "no sólo para pedir ayudas, sino también para cuestiones como aprender a ahorrar, mejorar la autoestima, etcétera".

Pomares ha indicado que el sistema social español "era muy bonito, pero muy débil"; sin embargo, ante las consecuencias de la crisis, "se ha convertido en el eje fundamental". "Éste es nuestro momento, nuestro reto, y lo que hagamos ahora, marcará el futuro", ha afirmado con rotundidad Pomares, quien confía en que "la sociedad reflexione para que esto no vuelva a suceder".

Sistema fuerte

De hecho, el edil del PP ha dejado claro que "es necesario conseguir un sistema de servicios sociales fuerte, generalista y que ofrezca unas garantías mínimas", y sobre todo que "la gente deje de verlos como un lugar donde únicamente van las personas en riesgo de exclusión social porque no es así".

Para ello, ha comentado que ayuda "tener un alcalde —en referencia al de Málaga, Francisco de la Torre— que diga que las partidas para políticas sociales no se van a tocar". "Eso es un lujo", ha apostillado. No obstante, ha insistido en que "es necesario lograr un sistema bien articulado, legislado y, por tanto, con derechos ciudadanos que no se toquen".

Como ha dejado claro el concejal de Derechos Sociales, eso se consigue "no destinando en época de bonanza sólo un cinco por ciento a estas políticas, sino más, de manera que se disponga de una estructura sólida y, ante un momento de debilidad, se pueda dar una respuesta adecuada". Para ello, ha considerado que la Junta de Andalucía ha de ayudar a crear "una red de sistemas sociales fuerte", algo que "es perfectamente viable y, de hecho, hay modelos muy buenos en Europa".