Salir de casa con una chaqueta en la mano, un pañuelo anudado al cuello y con 33 grados de temperatura en la calle (la máxima que se registró el lunes en la capital, según la Agencia Estatal de Meteorología) es una estampa cada vez más común para los madrileños, que pueden soportar en plena época estival cambios de temperatura de hasta 10 grados centígrados, tal y como comprobó el lunes 20minutos termómetro en mano.

Las temperaturas más altas se dieron en el intercambiador de Avenida de América, donde en el nivel -2, junto a la dársena en la que se cogen los autobuses, el termómetro llegó a marcar 31,9 grados. El sofoco era visible en el rostro de los pasajeros, ya que justo ayer los vaporizadores instalados para paliar el calor estuvieron estropeados durante toda la mañana, tal y como confirmó la propia Consejería de Transportes.

Minutos después, al coger la línea 6 del metro, la temperatura bajaba drásticamente hasta los 22,1 grados. Aunque a la vuelta, al montar en otra línea, la 4, con el tren lleno, el ambiente era asfixiante: 31,4 grados. Según Metro de Madrid, todos los vagones están climatizados, pero la temperatura depende mucho del nivel de ocupación de los mismos. Los autobuses de la EMT, por su parte, también cuentan con aire acondicionado. Pero no sirve de mucho, puesto que ayer, en la línea 75 el termómetro alcanzaba los 31 grados. La mínima la marcó un local de una conocida cadena de cafeterías del centro, donde no se subía de los 21,6 grados.

"Tengo problemas de tensión, y la verdad es que sí se notan los cambios. Luego, si bajas sudando y te pilla un aire acondicionado coges un constipado seguro", asegura Sandra Ulloa, usuaria del metro. Según José Miguel Rodríguez, presidente de Neumomadrid, "más del 50% de los resfriados de verano se deben a cambios bruscos de temperatura", afirma. Para este martes, la Agencia Estatal de Meteorología prevé temperaturas "en ligero o moderado ascenso".

"No nos llegan muchas denuncias por un mal uso del aire acondicionado, pero se pueden presentar reclamaciones, tanto si se es cliente como trabajador", asegura Antonio López, portavoz de la Confederación de Consumidores y Usuarios de Madrid. Según la Legislación de Riesgos Laborales, la temperatura óptima en oficinas debe estar en torno a los 26 grados.