PREGUNTA. ¿Se pueden evitar los ruidos vaginales?

Los ruidos vaginales son algo común. Se producen por la entrada de aire en la vagina al realizar los movimientos de suelo pélvico que implican las relación sexual. No es algo de lo que avergonzarse pero lo cierto es que a muchas personas les incomoda. También se deben a la pérdida de musculatura de las paredes vaginales causadas por una operación, enfermedad o tras un embarazo. La debilidad de la zona pélvica en estos casos puede llegar a producir constantes contracciones y expansiones de las paredes vaginales causando estas 'flatulencias del amor'.

Los ejercicios de suelo pélvico o de Kegel son clave para reforzar toda la zona y controlar los pedos vaginales pero no en todos los casos resultas efectivos. Lo importante es comunicar a la pareja que es algo común y que se tranquilicen que no huelen. Estos aires no provienen del intestino.

PREGUNTA. ¿Puedo perder la virginidad por utilizar tampones?

La virginidad es un concepto más psíquico que físico. El himen es un tejido muy fino que recubre de forma parcial la abertura de la vagina. Decimos de forma parcial pues si fuera total impediría incluso la expulsión de la menstruación. No es común que un tampón rasgue esta membrana pero tampoco imposible. En el caso de que esto ocurriera tampoco conlleva la pérdida de la virginidad.

La virginidad es un término que se aplica en el momento en el que una mujer mantiene por primera vez una relación sexual con penetración. Desde mi punto de vista está sobrevalorado pero hay quienes sí le pueden llegar a dar más importancia dentro de un contexto sociocultural. Si lo que te preocupa es el uso del tampón puedes estar segura de que no implica la pérdida de la virginidad entendida en términos oníricos.  Date cuenta de que realizar determinados deportes como la hípica o la gimnasia o un golpe brusco en las partes íntimas, también pueden rasgar el himen sin ver afectada tu virginidad.

PREGUNTA. ¿Si me depilo toda la zona vaginal sentiré más placer?

Sí, pero con matices. El vello púbico no deja de ser una barrera contra bacterias externas capaces de provocar una infección pero en ocasiones también lo es para experimentar nuevas formas de erótica. El sexo oral, sobre todo para principiantes, suele  disfrutarse  más cuando la zona está deforestada. No solo eso. Los puntos erógenos se califican como tal por el gran número de terminaciones nerviosas que tienen y que al ser manipuladas envían una señal al cerebro que este interpreta como placer. Cuanto más despejado esté el lugar el contacto será mayor y por tanto la sensación de gusto también. A la vista también puede resultar más llamativo que los genitales estén rasurados y aporta una impresión de higiene. Eso sí, para gustos los colores, ya sabes que: donde hay pelo, ¡hay alegría!.