Buddy es un perro con sordera de nacimiento y ojos de diferente color que fue considerado "demasiado feo para ser querido" después de pasar dos años en la protectora británica Dogs Trust, a la que ha vuelto años después, tras el fallecimiento de su dueño.

Los trabajadores del centro se alegraron mucho cuando el cachorro blanco encontró lo que creían que sería su hogar para siempre. En 2014, este perro entró en el centro de acogida de animales, donde el personal llegó a pensar que nunca conseguiría un hogar, debido a su sordera y a sus extraños ojos.

"Algunos pueden no fijarse en él por sus ojos, uno es azul y el otro marrón, y otros consideran que enseñar al perro con lenguaje de señas es demasiado costoso", contó la dueña de Dogs Trust, Susan Tonner, cuando el canino llegó al centro, en declaraciones recogidas por Unilad.

Ella insistía en que el perro es muy bueno, amigable y que solo necesita tiempo para tener confianza con él, pero hasta 2016 la suerte no visitó a Buddy. Fue en ese momento cuando el viudo Chalmers Moffat, que buscaba compañía tras la muerte de su esposa, adoptó al pequeño de cuatro patas.

Durante estos últimos años han sido una pareja inseparable y han disfrutado de largas caminatas juntos, incluso han dormido en la misma cama, pero Moffat falleció y la familia ha devuelto a Buddy a la protectora, donde pasará las navidades solo, esperando un nuevo hogar.

"Lamentamos ver a Buddy de vuelta con nosotros, especialmente en estas circunstancias. Sin embargo, estamos muy agradecidos de que haya tenido un par de años maravillosos junto a Moffat", ha declarado la dueña del centro.

Con ya ocho años, "Buddy ahora está muy triste" ha confesado Tonner, que es consciente de que ha pasado la mayor parte de su vida sin una familia y está preocupada de que se quede con ellos durante una larga temporada. Además, la gerente de la protectora teme que los adoptantes no lo vean como opción.

"Tiene dificultades para subir escaleras y colinas porque sufre una leve artritis en los codos, por lo que lo ideal sería encontrarle un hogar rural con unos dueños pacientes que lo ayuden a instalarse", explica Tonner.