El momento adecuado para la primera vez I

En nuestra primera relación sexual, solemos crear expectativas que no se cumplen. Pero, si uno no disfruta con lo que hace, difícilmente hará disfrutar a la otra persona

A diario vivimos en una sucesión constante de primerasveces que pasan para nosotros casi desapercibidas: la primera vez que me pongobotas de agua, la primera vez que cambio de ruta para ir a trabajar, la primeravez que cocino un besugo... ¿Por qué entonces damos tanta importancia a nuestraprimera relación sexual? ¿Supone un paso transcendental ennuestras vidas por ser una decisión importante y depender de una segundapersona más que de nosotros mismos?

La necesidad de un segundo cuerpo para perder la virginidad hace queaparezcan nervios, inseguridades e inquietudes. Estos factores impiden disfrutar de las relaciones al 100% y que lo previsto no salga como se esperaba.He aquí el quid de la cuestión: ¿Lo esperado o lo deseado?

Tendemos a crear una serie de expectativas que abandonannuestro cuerpo (y por tanto nuestro deseo) para ponerse a merced del deseo delotro. Aquí está el error: si uno no disfruta con loque hace, difícilmente podrá hacer disfrutar a la persona con la que compartela relación sexual.

Por ello, es importante crear una atmósfera adecuada, lo que no hay que traducir en ametrallar nuestra mente durante días con cuándo, cómo,dónde o por dónde.Tampoco hay que obsesionarse con preguntar a nuestros amigos cómo fue su primera vez, ya que en el sexo, como en casi todo, somos muy diferentes los unos de los otros. Lo esencial es estar tranquilo,relajado y cómodo.

«Post-vergüenza»

Muchas personas se avergüenzan de su primera vez. Bien por no haberlo hecho con la persona de su vida, por noalcanzar el orgasmo o por ir en un estado de borrachera «tontona» (de esoshemos tenido todos...) Pero no por ello debemos darnos cabezazos contra lapared. No conozco ningún campeón olímpico que no perdiera antes una competicióncomarcal.

Puede que tu siguiente argumento sea: «Sí, pero el campeón olímpico se ha entrenado y yo no hehecho esto en la vida». Perfecto, pero... ¿a estas alturas de la película no conoces tus puntos de placer? Quizá no te sepas el mapa de tu «adversario», pero sabemos comunicarnos, ¿no?

Esto noquiere decir que antes de empezar sea necesaria una conversación de hora ymedia sobre gustos sexuales. Deja fluir la situación. Actúa de GPS. Este es elcamino, esta ruta está cortada, en esta carretera no hay límite develocidad. El clímax tendráque esperar para una segunda parte.

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