¿Es un animal de verdad o se trata de un hombre disfrazado? Esta es la duda que despertó recientemente la fotografía de un oso en el zoo de la ciudad de Hangzhou (China), centro que se ha visto obligado a emitir un comunicado para aclarar que no está engañando a nadie.

Por extraño que parezca -porque suele ser fácil diferenciar a un oso de un ser humano-, el zoológico fue acusado hace unos días de engañar a sus visitantes usando a personas para fingir que eran osos malayos. 

Las preguntas surgieron tras ver a uno de sus animales apoyado sobre sus dos piernas durante un largo rato. La imagen se hizo viral en internet no solo por la habilidad del oso para mantenerse de pie, sino también por los pliegues que colgaban de su espalda y por su delgadez. 

El revuelo fue tal que la organización tiró de humor, a través de un escrito, para insistir en su credibilidad. Lo hizo poniéndose en la piel del oso en cuestión, que fue grabado de espaldas por un turista. 

"Ayer, después de salir del trabajo, recibí una llamada del director preguntándome si era flojo y no iba a trabajar, y había contratado a un animal de dos patas para sustituirme", se lee en el texto. 

"Cuando se trata de osos, lo primero que viene a la mente es una figura enorme y un poder asombroso... Pero no todos los osos son gigantes ni el peligro personificado. Los osos malayos somos pequeños, el oso más pequeño del mundo", añaden.

Desde el zoológico aclaran que los osos miden alrededor de 1,3 metros (4 pies) de altura cuando se apoyan sobre sus patas traseras, que es menos de la mitad del tamaño de los osos pardos nativos de América del Norte.