Tras preparar un café, nos quedan los posos o restos del mismo. Pero tirarlos a la basura es un error, porque tienen un uso muy práctico que nos puede evitar, además, algún mal rato.
Tal y como recoge Gizmodo, los posos del café son excelentes para absorber malos olores. Solo tienes que dejarlos secar junto a una fuente de mal olor.
Por ejemplo, los puedes poner cerca de la basura; en la nevera si tienes algún alimento de aroma intenso, o incluso los puedes embolsar y usarlos en el coche.
Los posos del café absorben los olores porque la cafeína es rica en nitrógeno. Esta sustancia aumenta la capacidad del carbono para absorber el azufre, elemento de olor desagradable que suele estar presente en muchas manifestaciones de hedor.
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