10 bares de Madrid que hay que visitar al menos una vez en la vida

Si algo típico tiene la capital de España son sus bares y algunos de ellos, ciertamente únicos, merece la pena conocerlos por lo mucho que tienen que ofrecer: gastronomía, tradición e historia son algunos de los adjetivos que les definen. 

La Ardosa .
La Ardosa.
Instagram: La Ardosa Malasaña
La Ardosa .

Aunque muchas cosas han cambiado en Madrid en los últimos lustros —cada vez más lejos de aquel poblachón manchego y más cerca de la inhóspita metrópoli—, la capital sigue siendo una ciudad de bares, o sea, de barras. No se puede habitar en Madrid sin parar a tomarse una caña o un vermú y acompañarlo de bravas, aceitunas o boquerones en vinagre. 

Bares hay mil: uno en cada esquina. En 2019 en la Comunidad de Madrid había 31.398 bares y restaurantes; se calcula que la mitad, en Madrid capital. Claro que eso fue antes de la pandemia, que acabó con muchos. Entre tanto bar hay un grupo selecto de establecimientos que merecen nuestra visita como turistas, como fotógrafos, como visitantes o como madrileños. Bares a los que hay que ir al menos una vez en la vida.

La Venencia

Barrio de las Letras - Calle de Echegaray, 7

No podemos ilustrar el texto con una foto de La Venencia, al menos de su interior. No dejan hacer fotos. Es otra de las peculiaridades de este local único. Aquí no se pueden pedir refrescos (no hay); tampoco, cerveza (ni siquiera embotellada). En La Venencia solo hay vinos y solo de Jerez: de la ligera manzanilla al amontillado, pasando por el fino, el oloroso y el insigne palo cortado. Los vinos se suelen acompañar de un plato de mojama, aceitunas, anchoas, quesos o encurtidos. La cuenta se sigue haciendo a la antigua usanza: sobre la barra de madera y con tiza.

Casa Labra

Sol - Calle de Tetuán, 12

Casa Labra abrió en 1869. Diez años después aquí se fundó el PSOE.
Casa Labra abrió en 1869. Diez años después aquí se fundó el PSOE.
Casalabra.wordpress

Más que centenaria, esta bodega es ya un emblema de Madrid. Está situada junto a la Puerta del Sol y frente a las puertas de un muy frecuentado centro comercial. En esta taberna, que ha permanecido casi inalterable desde 1869, se fundó el PSOE en 1879. Su especialidad es el bacalao, que se puede degustar en todas sus variantes. También hay que pedir, como poco, las croquetas y los soldaditos de Pavía.

Bodegas Alfaro

Lavapiés - Calle de Ave María, 10

Este establecimiento tiene más de un siglo de vida y aún conserva algunos elementos de su vieja decoración, como los espejos, las botellas de sifón vacías y los barriles. Es el lugar ideal para tomarse en vermut a la vieja usanza o una caña muy bien tirada. Y a cualquier hora. Es famoso su salmorejo, sus mojamas de atún y sus salazones.

Taberna de Antonio Sánchez

Lavapiés - Calle de Mesón de Paredes, 13

Se trata de otra de las tabernas más antiguas de la capital. Taberna Antonio Sánchez conserva su ambiente taurino y su fachada de madera.
Taberna Antonio Sánchez.
Facebook: Taberna Antonio Sánchez

Merece una visita, de entrada, porque es la taberna más antigua de Madrid (casi 250 años). Se desconoce la fecha exacta de su fundación, pero se sabe que es anterior a febrero de 1787. Desde entonces, el local ha sufrido pocas modificaciones. Sigue decorado con motivos taurinos, mantiene los azulejos originales y exhibe una caja registradora que tiene más de 120 años. En la barra, vermú y cañas bien tiradas. Para comer, lo más mentado son sus caracoles en salsa y los callos a la madrileña.

Bodega de La Ardosa

Malasaña - Calle de Colón, 13

En 1892, Rafael Fernández abrió varias tabernas con el nombre de La Ardosa, en recuerdo del pueblo del mismo nombre de la provincia de Toledo. Esta, del barrio de Malasaña, fue una de ellas. Conserva elementos de su decoración original, como el rótulo de cristal grabado, el zócalo de azulejos y el ventilador. Aquí se ha enseñado a muchos a beber y a servir buena cerveza más allá de la rubia cañita. Dan testimonio sus grifos, pero también las pizarras de sus antiguos campeonatos de bebedores de Guinness. Hoy hay mucho más y en su barra tenemos una espléndida oferta de tapas, tostas y conservas.

Bar El Rosado

Chamberí - Calle de Meléndez Valdés, 63

Un bar como los de antes. Su decoración nos traslada a los años 60 y 70, con anuncios de rancias bebidas ya desaparecidas. No es impostura: el Rosado abrió en 1940. Además de sus cañas y el vermú (en su caso Zecchini), tienen una buena selección de vinos. Para picar, destacan los pinchos de embutido, cabrales o chorizo, los canapés y las conservas.

Casa Alberto

Barrio de las Letras - Calle Huertas, 18

Se trata de uno de los restaurantes más antiguos de Madrid, que en la actualidad combina comida vanguardista con la gastronomía madrileña más típica.
Fachada de Casa Alberto
Facebook: Casa Alberto

Esta taberna está en el mismo edificio en el que Miguel de Cervantes vivió y escribió la segunda parte de El Quijote. Fundado en 1827, conserva detalles de la época como su antiguo y valorado grifo, la caja registradora, la barra de ónice y madera. Y una curiosidad: las taquillas donde se vendían entradas para los teatros. Hoy más restaurante que bar, entre sus delicias están las manitas de cordero, los callos, la oreja guisada y un rabo de toro estofado que, dice, es de los mejores de Madrid.

Chicote

Chueca - Gran Vía, 12

Como ellos mismos dicen: "Cruzar la puerta giratoria de Museo Chicote es entrar en una cápsula del tiempo en la historia de Madrid, un templo cuya barra es el altar y los 'cocktails', sus dioses". Porque, efectivamente, esto es un bar y un museo. Fundado en 1931 por el barman Perico Chicote, fue la primera coctelería de España. Un lujo: su decoración 'art-decó', que se conserva intacta. Fue lugar de paso de famosos internacionales que aterrizaban en Madrid en los 50 (Ernest Hemingway, Bette Davis, Audrey Herpburn o Sofía Loren) o que se quedaban a vivir, como Ava Gardner. Y por supuesto, en Chicote se sirven unos cócteles magníficos, entre otras, especialidades. 

Los Torreznos Bar Goya

Salamanca - Calle de Goya, 88

Este negocio familiar abrió sus puertas en 1956. Ya entonces iban "armados" de torreznos y así siguen: torreznos hechos al estilo de Castilla son su plato estrella. Es un lugar que invita a disfrutar del tapeo, como lo son sus hermanos de López de Hoyos, 149 y Alonso Cano, 69.

Docamar

Ciudad Lineal - Calle de Alcalá, 337

Uno de barrio, a modo de representante de esos maravillosos templos del tapeo que hay en todos los distritos de la capital. Docamar está en el barrio de Quintana y tiene más de 50 años. Dicen que es el rey de las patatas bravas y eso es mucho decir tratándose de Madrid. El secreto, aseguran, está en una salsa que, claro, es 'top secret'. Su medio siglo no ha sido solo de bravas; también de patatas con alioli, calamares, croquetas, tortilla, oreja a la plancha y arroces.

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