Los 10 bares imprescindibles de Madrid para disfrutar de un buen vermut de grifo

Vermut.
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Vermut.

Antes, el vermut se elaboraba en Reus y se bebía en Madrid. Es, claro, una exageración. No sólo en la ciudad catalana se hacía vermut y no sólo en la capital del reino se bebía. Pero es verdad que no se puede hablar de la historia del vermú español sin mencionar ambas ciudades.

Hoy, el vermú se ha recuperado -tuvo su crisis- y se bebe con entusiasmo en media España y se elabora en toda ella. Las ganas de hacer uno propio se han extendido a todas las regiones, que aplican su personalidad, ya sea la de la cepa usada o la de la mezcla de hierbas añadida. Y eso que ganamos.

Pero el vermut de grifo no está en todas partes. En eso, Madrid sigue siendo capital. Se bebía y se bebe. Con un golpe de carbónico o no, con aceituna o sin ella, con rodaja de naranja o no, el vermut de grifo es muy madrileño.

Vamos a ello. Nos hemos dado una vuelta por sus mejores bares, buscando los imprescindibles de Madrid para disfrutar de un buen vermut de grifo. Habrá más, seguro, pero estos que siguen lo son.

Stop Madrid, Calle Hortaleza 11

Justo cuando abandonamos la Gran Vía y empieza Chueca nos encontramos con este bar. Es una bodega con solera y en 2029 será centenaria. Para acompañar, chacinas, empanada, tapas o raciones de conservas. Y en el centro, el vermut. El de grifo es Miró, de Reus.

Bodegas Ricla, Calle Cuchilleros 6

No sabemos si es el bar más antiguo de Madrid, pero casi. Nació en 1867 como bodega y fue hasta hace poco ese negocio donde comprar vinos a granel. Hoy es un bar en pleno meollo turístico de Madrid, a dos pasos de la Plaza Mayor. Por esa razón, y porque es un local pequeño, siempre está hasta arriba. Para acompañar el vermut, boquerones, cecina, bacalao en aceite y su cabrales a la sidra.

Ensaladilla rusa y vermut, dos clásicos
Ensaladilla rusa y vermut, dos clásicos
V de Vermut

La Hora del Vermut, Plaza de San Miguel

Para turístico el Mercado de San Miguel. Si eso no nos achanta y nos gusta el buen vermú, hay que pasar por este local. Es un templo de esta bebida, con más de 80 referencias en botellas de todo el país y algunas otras llegadas de Francia o Italia. Y vermut de grifo. Entre trago y trago, tostas, tapas, conservas, encurtidos y salazones.

Hermanos Vinagre, Calle Narváez 58

Funciona como la transición del bar de siempre al moderno y en ese equilibrio se mueve. Han ajustado la receta clásica a los nuevos tiempos y funciona. Así, podemos acompañar nuestro vermut con boquerones al estilo de Madrid, mejillones en escabeche (ahumados o no), gildas, ensaladilla rusa... El éxito les ha llevado a abrir en Chamberí (Cardenal Cisneros 26) y Chueca (Gravina 17).

Bodega de la Ardosa, Calle Colón 13

Otro de los bares más ancianos de la ciudad. Y no se le nota. Al contrario, el rejuvenecer de Chueca con el nuevo siglo le vino bien y hoy La Ardosa es un local con su solera (desde 1892) pero con brío joven. Bajo botellas centenarias y las pizarras de sus antiguos campeonatos de bebedores de Guinness, tenemos una barra con tapas, tostas y conservas, y un buen vermut.

La Ardosa .
La Ardosa .
Instagram: La Ardosa Malasaña

Casa Camacho, Calle de San Andrés 4

No es moderno, ni 'modernico'; no es el local más estiloso, ni el más grande, pero Casa Camacho es un clásico imprescindible... aunque sea de visita rápida. Grandes barriles en la pared y grifos de vermú, en esta bodega de Malasaña. Hay que pedir su vermut con sifón o un Yayo, donde el vermú se mezcla ginebra y gaseosa.

Bodegas Casas, Av. Ciudad de Barcelona 23

No todo se mueve en el centro y sus barrios. Si desde Atocha hacemos como que nos vamos a Vallecas, por la Avenida Ciudad de Barcelona nos encontramos este establecimiento centenario. Justo este año ha cumplido los cien. Bar de verdad, con parroquianos que lo son, en su barra hay que pedir vermú y acompañarlo de boquerones en vinagre, encurtidos, anchoas y hasta chipirones rellenos.

Taberna de Ángel Sierra, Calle Gravina 11

En plena paza de Chueca, cumplió los cien años en 2008. Y no le ha cambiado la cara (lo aprovechó Almodóvar para filmar a Marisa Paredes en La flor de mi secreto). Su decoración es aquella con la que abrió sus puertas. Sorprende ver y apoyarse en la barra de 1928, sus viejos carteles de viejos vinos de Jerez y sus veteranos grifos de cerveza y vermut.

Taberna de Corps, Plaza de Guardias de Corps 1

En la zona de Conde Duque y con terraza. Pocos bares con vermú de grifo pueden presumir de terraza. Es, además, una zona un poco más tranquila. Para beber ya sabemos a que hemos venido y para comer, embutidos, tostas y tapas de las de toda la vida.

El Cantábrico, Calle Padilla 39

Es una marisquería de origen gallego y con más de 60 años de carrera, ubicada en el barrio de Salamanca. Y aunque es verdad que tienen cigalas, nécoras o percebes, si el presupuesto no nos da podemos limitarnos a sus conservas, salazones y embutidos. O al mismo vermú.

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