Los garbanzos son un alimento imprescindible en cualquier dieta equilibrada, sobre todo en España, con la gastronomía mediterránea tradicional que cuenta con esta legumbre tan nutritiva.
Este alimento puede ser utilizado en gran cantidad de elaboraciones diferentes, ya sea como guiso, en un sabroso hummus o bien para añadirlos a una ensalada ligera y saludable. Aunque hay quienes prefieren evitar esta legumbre por temor a que resulte demasiado pesada para su estómago, existe una forma de que deje de ser así, y es que si se le quita la piel la digestión será más ligera.
Los garbanzos en platos saludables
De esta forma, si estás buscando disfrutar de la legumbre haciendo que sea más saludable y ligera o la receta que vas a preparar requiere que elimines la piel de los garbanzos, te vamos a explicar un sencillo truco para conseguirlo de forma rápida, evitando tener que pelar cada legumbre de forma individual, lo que sería muy tedioso y engorroso.
Antes de explicarte este práctico y sencillo método, debes saber que los garbanzos son una excelente fuente de carbohidratos, y aunque son saludables, pueden llegar a provocar sensación de pesadez, gases e hinchazón, aunque la gran culpable de estos efectos sobre el organismo es la piel que los recubre. Además, su presencia también afecta a los tiempos de cocción, que se alargan, y a la textura de algunas preparaciones.
El truco para eliminar la piel de los garbanzos
Afortunadamente, para todos, existe un sencillo truco para eliminar la piel de los garbanzos en cuestión de segundos y para el cual solo se necesita un ingrediente, el bicarbonato de sodio.
Este se debe utilizar cuando se van a remojar los garbanzos secos en el agua, debiendo añadir una porción de bicarbonato sódico para conseguir regular el pH del agua. Con este proceso se consigue que se suavicen los garbanzos, provocando que la piel se desintegre cuando son cocinados más tarde e incluso que lleguen a flotar mientras están hirviendo. Para que no te excedas en las cantidades, es importante usar una proporción de una cucharada de bicarbonato de sodio por cada 200 gramos de garbanzos. Ten en cuenta que también podrás usar este truco con otras legumbres como las alubias o las judías.
El uso del bicarbonato de sodio también tiene otros beneficios a la hora de cocinar, ya que acelera el tiempo de cocción. Tras remojar los garbanzos durante la noche y deshacerse del agua, se añadirán las legumbres a una cacerola amplia y profunda, con la proporción de bicarbonato y suficiente agua para cubrirlas. Luego se cocinarán a fuego medio durante 20-40 minutos de acuerdo al tamaño, y si surge en la superficie, espuma se debe quitar, al igual que las pieles que puedan empezar a flotar.
Hay que buscar que los garbanzos estén tiernos, pero no blandos, y una vez que se alcanza el punto de cocción deseado, será suficiente con escurrir en agua fría y así estarán totalmente listos y sin piel, para empezar a utilizarlos en la receta que se prefiera. Las posibilidades de los garbanzos en la cocina son infinitas, sobre todo en la cocina vegana, en la cual se utilizan habitualmente para sustituir al huevo en las recetas.
De esta manera, nos encontramos con un nuevo e interesante uso para el bicarbonato de sodio en el ámbito culinario, ya que se trata de un producto que ofrece una gran versatilidad. Es habitual utilizarlo para esponjar masas de repostería o rebozados, para elaborar refrescos o para reducir la acidez de ciertas elaboraciones, porque consigue neutralizar parte de los ácidos que puedan llegar a estar presentes. También sirve, como en este caso, para ablandar las legumbres en remojo cuando las aguas son duras.
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