Tradicionalmente, los corchos de las botellas de vino, de cava, de champán, se han abierto siempre con el abridor que tiene en el centro una espiral de acero con un pincho en su extremo. Se trata de un método sencillo y bastante rápido, que sin embargo suele dar al traste con la integridad del corcho, con los inconvenientes que ello conlleva. España, país de vinos por excelencia, comercializa unos caldos demandados en el mundo entero, que no pueden permitirse este tipo de fallos técnicos.
Porque si el corcho de la botella se deshace, parte de él entrará en contacto con el vino directamente, y dará al traste con la excelencia de años de reposo. Además, si el corcho se destroza, no podemos volver a utilizarlo para tapar la botella y que se conserve unas horas más sin cambios importantes. Por eso, hoy traemos la herramienta perfecta para que el corcho salga intacto de la botella, sin apenas esfuerzo, y a un precio más que razonable.
¿Con qué extraigo el corcho sin romperlo?
El artilugio que te permitirá extraer el corcho de tu botella de vino sin que se rompa es un práctico sacacorchos de dos láminas. Su manejo es totalmente manual, pero resulta muy sencillo y está especialmente recomendado para aquellos caldos que llevan bastantes años embotellados, y cuyos corchos pueden ser más 'delicados'.
El abridor de dos láminas metálicas y flexibles tiene una de ellas un poco más larga que la otra, y cada una de ellas debe situarse a ambos lados del espacio que queda entre el corcho y el vidrio de la botella. Después de introducir ambas láminas planas hasta el fondo del corcho, habrá que subir girando el abridor con movimientos suaves. Te contamos cómo.
Paso a paso del sacacorchos de dos láminas
Una vez has sacado el abridor de dos láminas de su funda (todos la llevan para que no pinche), debes introducir en primer lugar la lámina más larga en uno de los lados del corcho. Se trata de introducirla en el hueco que hay entre el cristal y el corcho, sin pincharlo. Poco a poco, con movimientos suaves, se mete esa lámina hasta llegar a la largura de la otra, la más corta.
El segundo paso consiste en introducir esta segunda lámina, también con extremo cuidado para abrazar el corcho con delicadeza. Ambas láminas metálicas deben bajar hasta que el agarrador del abridor casi toque la boca de la botella (casi, porque si la toca, al girar podríamos romper el vidrio). Una vez tenemos ambos 'brazos' sujetando correctamente el corcho y metidos entre el cristal y el corcho, hasta abajo, comenzamos a girar el abridor manteniendo firmemente sujeta la botella.
La clave está en hacerlo con mucho cuidado, ir girando y subiendo a la vez, al tiempo que 'ahuecamos' para que el corcho se despegue del cristal interior. Al entrar un poco de aire, es mucho más fácil cumplir con nuestro objetivo. En apenas unos segundos, tendremos fuera el sacacorchos con el corcho intacto entre las dos varillas. Lo mejor de todo es que este artilugio tan práctico cuesta, en la mayor parte de los casos y las marcas, entre 5 y 10 euros. Un imprescindible de la cocina, para no dar al traste con el placer de disfrutar como mandan los cánones de esa botella de vino que vayamos a abrir.
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