Aprende a hacer estos crujientes de calabacín y queso: una receta sencilla y deliciosa

Esta deliciosa receta la puedes hacer con solo dos ingredientes para hacer un entrante delicioso y saludable. Seguro que si la pruebas, se convierte en todo un éxito. 
Fritos de calabacín con queso
Fritos de calabacín con queso
Getty Images/iStockphoto
Fritos de calabacín con queso

¡A quién no le guste el queso que levante la mano! Aunque seamos los únicos de este reino animal que sigamos tomando lácteos aún de mayores, el queso sigue siendo muy consumido y un auténtico manjar para muchos. 

Puedo decir que son muchas las teorías que nos llevan a pensar que los lácteos son inflamatorios, pero hay algo en mí que me hace seguir consumiendo queso, aunque sea en muy poca cantidad. 

¿En qué momento cambió todo? Nunca fui de pequeña una entusiasta de la leche, pero el yogur, kéfir o los quesos se han convertido en mi perdición. Eso sí, siempre de la mejor calidad posible y de animales criados en libertad. Y esto qué tiene que ver, te preguntarás. Pues depende de cómo sean alimentados los animales y el tipo de crianza varía de la misma manera el alimento que procede de ellas.

Pero hay un plus, de la raza y del tipo de tratamiento que se le da a la materia prima (que es la leche) que hace que la podamos digerir mejor o peor. Así que la cosa se complica; ahora ya no solo depende de la crianza y la alimentación de estos animales, sino también de que los quesos hayan sido elaborados con leche sin pasteurizar y de la variedad de la vaca, cabra u oveja de la que proceda. 

La raza importa. En la búsqueda del porqué hay tantas intolerancias a los lácteos, se descubrió en varios estudios que el tipo de raza de la vaca es muy importante. Principalmente, destacan dos tipos de lácteos procedentes de vacas de diferentes razas.

Así, dependiendo de esto, se producen lácteos con tipos de proteínas diferentes. Las razas procedentes del norte de Europa -como las Holstein Friesian, Ayrshire y Shorthorn- contienen proteínas beta-caseína A1 y producen más intolerancias y problemas en su digestión, ya que contiene más cantidad de un aminoácido llamado histamina e inhibe una enzima llamada Enzima DPP-IV necesaria para su digestión.

En cambio, las vacas de la región del canal de La Mancha y el sur de Francia —como las Guernsey, Jersey, Charolais y Limousi— contienen la proteína beta-caseína A2, que es más tolerada y similar a la leche materna y rica en el aminoácido prolina sin el efecto sobre las enzimas antes mencionada. Este último tipo de proteína -A2- se da en no solo en este tipo de razas de vacas, sino también en lácteos procedentes de la cabra, búfala y oveja.

¿Entonces es bueno consumir lácteos? La respuesta es sí, pero teniendo en cuenta que sean de buena calidad y puedas digerir bien. Los lácteos tienen propiedades antioxidantes, son cardioprotectores siempre y cuando se los consume enteros y fermentados, como es el caso de los quesos, el kéfir y los yogures, pueden ser favorables para nuestra salud. 

Ingredientes

  • 1 taza de calabacín rallado
  • 1 taza de gruyere de queso duro pero derretido, queso cheddar, parmesano, suizo o una mezcla de estos

Elaboración

  1. Coloca una gasa en un tazón y ralla el calabacín. Luego saca todo el líquido del calabacín. Cuanto más seco esté, más crujientes serán tus 'fritos' de queso.
  2. Ralla el queso y mezcla bien con el calabacín.
  3. Cubre una bandeja para hornear con papel para horno y forma pequeñas bolas de aproximadamente 1 cucharada de mezcla de queso de calabacín y aplástalas con la ayuda de un vaso para que queden planas. Procura dejar mucho espacio entre unas y otras para que el queso pueda extenderse.
  4. Colócalas en una bandeja para hornear en el tercio superior del horno, debajo de la parrilla a fuego lento y vigílalas constantemente, porque va a depender de tu horno el tiempo que necesiten.
  5. Una vez que los bordes se doren, retira la bandeja para hornear y levante las obleas resultantes, tirando del papel de horno y colocándolo en una rejilla de refrigeración.
  6. Déjalas que se enfríen durante un par de minutos, luego colócalas en un plato sobre servilletas o papel de cocina para que pueda absorber el exceso de grasa y volverse aún más crujiente.

Propiedades del calabacín

Hay dos tipos principales de calabaza: calabaza de invierno y calabaza de verano. El calabacín es una variedad de verano y contiene más vitamina A, así como una cantidad significativa de vitaminas C, E y B6.

La fibra presente en el calabacín son muy beneficiosas para la mejora de los niveles de colesterol. Pero las mejores cualidades saludables del calabacín radican en su piel. Esto es, a la presencia de fitocianinas y plastocianina; sobre todo en el calabacín de color oscuro tiene efecto redox -antioxidante- con grandes propiedades en nuestra salud como para el tratamiento de enfermedades. Se ha demostrado en recientes estudios que esta proteína aumenta la liberación de interferón gamma en células mononucleares de sangre periférica y modula la producción de citocinas inflamatorias como el factor de necrosis tumoral alfa, entre otras.

Una porción comestible de 100 g de calabacín contiene:

  • Agua: 94,8 g
  • ​Proteína: 0,5 g
  • ​Carbohidratos: 3,5 g
  • ​Grasa 0,1 g
  • ​Hierro: 0,02 g

Referencias

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