¿Primero va la leche o los cereales? Los dilemas de la cocina que dividen a las familias

Que en cada hogar hay unas costumbres férreas en lo que se refiere a la comida, es un hecho, y todas pueden ser válidas. Sin embargo, por lo que respecta al desayuno y a los cereales con leche, el orden de los factores sí altera el producto.

Respecto al orden en el que se mezclan los cereales con la leche, existen versiones enfrentadas.
Respecto al orden en el que se mezclan los cereales con la leche, existen versiones enfrentadas.
iStockphoto
Respecto al orden en el que se mezclan los cereales con la leche, existen versiones enfrentadas.

Cada maestrillo tiene su librillo, y en cada hogar hay unas costumbres (que pueden ser bien diferentes) en cuanto a hábitos alimenticios se refiere. Todo vale, mientras se mantenga el sentido común, en una dieta variada y equilibrada. Sin embargo, en España ha surgido el gran debate del orden en el desayuno, y lo vamos a poner sobre la mesa (nunca mejor dicho).

Para todos aquéllos que desayunáis leche con cereales, en sus mil variedades, ¿qué echáis primero en el bol? Mientras váis pensando la respuesta, vamos a apuntar que, en este caso, el orden de los factores sí altera el producto, por lo que probablemente, cuando terminéis de leer este artículo, tengáis las ideas un poco más claras. Eso sí, vaya por delante que sobre gustos no hay nada escrito.

¿Son los cereales la mejor opción para el desayuno?

Hasta hace muy poco, todas las corrientes saludables apuntaban a la importancia nutritiva del desayuno, al clasificarla 'la comida más importante del día'. Había que comer en grandes cantidades, y variado: lácteos, cereal, fruta… Sin embargo, cada vez son más los expertos en nutrición que nos explican que el desayuno sólo es una comida más, y que no es bueno forzar grandes cantidades si el cuerpo no nos lo pide.

Cajas de cereales de la empresa Kellogg, en un supermercado de Caracas (Venezuela).
Los cereales que se comercializan en los supermercados suelen ser excesivamente azucarados.
MIGUEL GUTIÉRREZ / EFE

Además, el pico glucémico si nos excedemos en la primera comida del día, tiende a mantenerse alto por más tiempo en las primeras horas. Por tanto, parece razonable que sólo debemos desayunar lo que nos apetezca. Si tu opción preferida son los cereales con leche, conviene que sepas que la mayoría de las opciones que podemos adquirir en el supermercado son excesivamente azucaradas. ¿Y qué sucede cuando desayunamos un exceso de azúcares añadidos refinados?

Los cereales con leche, en la mejor compañía

Si desayunamos cereales azucarados estaremos tomando carbohidratos de absorción rápida, que hacen un pico glucémico elevado (e insano) y que bajan en apenas una hora. Esto se traduce en que, cuando queramos darnos cuenta, volveremos a tener hambre y querremos volver a comer. Si lo que queremos es saciarnos y comer sano, lo mejor es que elijamos las versiones integrales (que aportan mucha más fibra, de esbelta, avena, trigo), a las que no se hayan añadido azúcares (glucosa, dextrosa, sacarías…).

Cereales con leche, fruta y frutos secos.
Cereales con leche, fruta y frutos secos.
Getty Images

Para cerrar el círculo nutritivo y saludable, a los cereales integrales con leche podemos incorporarles alimentos que contengan antioxidantes y vitaminas, como es el caso de las frutas. Aunque éstas tienen azúcar, se trata de un ingrediente natural, y su efecto no tiene nada que ver con los refinados. Tanto la grasa de la leche (entera, nada de desnatada según los expertos), como la fibra de los cereales integrales y la fruta harán que se ralentice la absorción del azúcar en la sangre, evitando el temido pico glucémico. Podemos rematar la fórmula mágica del desayuno con algún fruto seco crudo.

¿Qué va primero, la leche o los cereales?

Y llega el momento de la gran pregunta que divide a los hogares en España (porque antes lo ha hecho en Estados Unidos): ¿ponemos antes la leche e incorporamos después los cereales en el bol del desayuno, o por el contrario echamos la leche y dejamos caer sobre ella los cereales después?

Una mujer se prepara un bol de cereales con leche para desayunar.
Una mujer se prepara un bol de cereales con leche para desayunar.
PIXABAY

La respuesta más sensata, la que gana más adeptos, parece ser: primero los cereales, secos, solos, y después la leche por encima de ellos. ¿Y por qué es este el orden deseable? Porque si vertemos la leche sobre los cereales, estaremos favoreciendo que la distribución de ésta sea más homogénea. Sólo así estaremos multiplicando las posibilidades de que cada cereal absorba la cantidad justa del líquido blanco y queden con cierta textura crujiente. 

Por el contrario, si ponemos la leche en primer lugar y echamos los cereales sobre ella, se juntarán en pelotón y su aspecto, así como su facilidad de ingesta, perderán muchos puntos.

Finalmente están los cereales, que son muy ricos en folatos y son un buen desayuno para empezar el día cubriendo las necesidades de esta vitamina.
La corriente más numerosa prefiere los cereales crujientes, sin que hayan absorbido demasiada leche.
Pixabay/genniebee512

Los detractores del método tradicional (primero cereales y luego leche), defienden que si lo hacemos añadiendo los cereales al final, calculamos mejor la cantidad de cereales que tomamos, y no se inflan en exceso ni tan rápidamente puesto que tardan en hundirse cuando han absorbido la leche. Además, con esta segunda opción no damos tiempo a que 'se deshagan' quedando blanduchos y nada crujientes

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