Funerales amish. Un grupo de jóvenes amish se dirigen al funeral de las víctimas del tiroteo del pasado lunes en su escuela en Nickel Mines, Pensilvania, EEUU. Un hombre de 32 años mató a cinco niñas y se suicidó.
Shawn Thew / EFELuto amish. Un policía estatal habla con dos mujeres amish en Nickel Mines, Pensilvania (EEUU). La comunidad está de luto por la muerte de cinco niñas, ejecutadas por un hombre armado en la escuela local.
Tim Shaffer / ReutersTragedia amish. Dos amish miran la partida de un helicóptero que traslada a algunos de los heridos en el tiroteo en una pequeña escuela rural en el condado de Lancaster, Pensilvania (EEUU). Un hombre armado que no pertenecía a esa comunidad entró en la escuela amish y mató a varias niñas; otras sufrieron heridas graves. Tras el tiroteo, el asesino se suicidó.
Intelligencer Journal, Vinny Tennis / APUn grupo de la comunidad amish de Paradise, cerca de Lancaster Pensilvania (EEUU), hablan cerca del colegio donde un pistolero de 32 años mató a cuatro niñas.
Matthew Cavanaugh / EFEUn amish maneja su carruaje cerca de los fotógrafos que retratan la zona donde se produjo la matanza.
Matthew Cavanaugh / EFEVarios vecinos de la comunidad miran la escuela donde se desarrolló el tiroteo.
The Lancaster New Era, Marty Heisey / APÉste es Charles Carl Roberts IV, el chofer de 32 años que mató a las niñas del colegio amish. El asesino no pertenecía a la comunidad; recolectaba la leche producida en la granja amish y la llevaba a una planta procesadora.
POLICÍA DE PENSILVANIA / EFEVarios agentes sacan de la escuela amish el cuerpo del asesino, que se suicido tras perpetrar la matanza. En una nota póstuma, señaló que había matado a las niñas porque estaba "cabreado con la vida, cabreado con Dios". Charles Carl Roberts IV eligió sólo a niñas como sus víctimas; las ató de manos, las puso en fila frente a la pizarra y las ejecutó con disparos a la cabeza.
Bradley C Bower / Reuters