El joven Monir mira a la cámara, tomándose un segundo de descanso en una fábrica de utensilios de aluminio en Daca (Bangladesh), durante una jornada laboral que en la mayoría de los casos acaba altas horas de la noche. Su día de trabajo le supondrá 2,5 euros de salario.
Abir Abdullah / EFELa bangladesí Monowara Begum trabaja en una pequeña fábrica de reciclaje de plástico en Daca. Si el sueldo de los varones se mueve entre los 70 y 90 euros mensuales, en el caso de las mujeres este baja hasta los 60 euros. Lo que impide, en la mayoría de los casos, que puedan llevar un vida independiente y tengan que malvivir en barracones cercanos a las factorías.
Abir Abdullah / EFEUn joven se lava el rostro durante un descanso para comer en una fábrica de plásticos en Daca (Bangladesh). Muchos empleados tienen que dormir en su lugar de trabajo porque el sueldo no les permite pagar un alquiler.
Abir Abdullah / EFEUn hombre trabaja con hierro candente en una fábrica de Afganistán. El salario medio en este país es de 220 euros al mes después de impuestos, pero más de la mitad de la población no llega ni a los 90 euros.
Ghulamullah Habibi / EFEUn joven trabajador carga con ollas recién confeccionadas en una fábrica de aluminio en Daca (Bangladesh). Su jornada laboral de entre doce y catorce horas, de lunes a domingo, hace que se lleva al bolsillo 20 céntimos de euro por hora de duro trabajo. Un salario insuficiente para el coste de la vida en este país.
Abir Abdullah / EFEUn trabajador intenta arreglar su guante para seguir su dura jornada en una fábrica de hierro, al sur de Bangladesh. En este caso, las altas temperaturas durante el trabajo son aún más sofocantes por los crisoles de fundición.
Abir Abdullah / EFEEl joven Manik, que por su condición de casta no gana ni 60 euros al mes, abrillanta aluminio durante 12 horas diarias en una fábrica a las afueras de Daca (Bangladesh).
Abir Abdullah / EFEUn grupo de hombres afganos trabaja en una fábrica de hierro en Jalalabad, capital de la provincia de Nangarhar. Aunque la economía de Afganistán ha mejorado según los informes de la ONU, el país sigue dependiendo de la ayuda exterior, que supone un 90% de los ingresos nacionales, lo que impide que muchos salarios no lleguen ni a 80 euros al mes.
Ghulamullah Habibi / EFE