
220406 - Galería Tunick en San Sebastián
Tunick juega a la "pelota vasca", y gana. Hubo quienes vaticinaron que cuando el fotógrafo norteamericano llegara a San Sebastián a realizar uno de sus desnudos colectivos se presentarían cerca de 300 voluntarios. Se equivocaron... ¡y cuánto!
Pablo Sanchez/Reuters
220406 - Galería Tunick en San Sebastián
¿Sólo 300? ¡Hombre, que somos vascos! Cuatro veces el número previsto, ya que cerca de 1200 personas se desnudaron para Tunick en el interior del Palacio Kursaal y en la playa donostiarra de La Zurriola.
Pablo Sanchez/Reuters
220406 - Galería Tunick en San Sebastián
Ni el frío ni el madrugón pudieron con ellos... De hecho, a las ocho de la mañana, hora fijada por Tunick, aún había gente inscribiéndose para participar en una experiencia a la que muchos decían asistir por lo novedoso de un evento así en San Sebastián, aunque la mayoría, dada la naturalidad con la que se paseaban antes de la sesión, demostraron llevar la afición ancestral al "pelotari" en los genes.
Pablo Sanchez/reuters
220406 - Galería Tunick en San Sebastián
"¡Ay, mira que si me ve mi madre!" Tras los primeros instantes de caos, cada cual ocupó, por fin, su posición. Sólo quedaba esperar los disparos de Tunick y que a éste se le aparecieran las musas. Y, claro, entre que éstas llegaban y no, muy pétreo había que ser para no echar una miradita... ¿o no, señora?
Pablo Sanchez/Efe
220406 - Galería Tunick en San Sebastián
"Al mal tiempo buena, ejem, cara..." La playa de la Zurriola, con frío mañanero y llovizna incluídas, fue el primero de los escenarios elegido por el fotógrafo norteamericano para su bodegón cárnico. Tunick colocó a sus voluntarios con la vista fija en el mar.
Pablo Sanchez/Reuters
220406 - Galería Tunick en San Sebastián
De segundo, albóndigas... Después del posado multitudinario en vertical, Tunick decidió que un buen revolcón en la arena podría resultar una buena instantánea. Dicho y hecho, en cuestión de segundos la Zurriola parecía la bandeja en la que Arguiñano reboza su carne picada...
Pablo Sanchez/Efe
220406 - Galería Tunick en San Sebastián
Una alfombra para el Kursaal. Hala, ahora tooodos en plancha y mirando al techo. Y con éstas Tunick enmoquetó el vestíbulo del Kursaal con un tejido 100% natural. Ojalá le copien la idea en Hollywood, que la roja de los Oscar ya empieza a estar muy vista...
Pablo Sanchez/Efe
220406 - Galería Tunick en San Sebastián
El roce hace el cariño, aunque sea sobre rocas. Los más destemplados decidieron junto a Tunick que, mejor que retirarse hacia el Kursaal para vestirse e irse de pinchos, posarían en las rocas en una actitud ligeramente más erótica que la que luce La Sirenita de Copenhague...
Pablo Sanchez/Reuters
220406 - Galería Tunick en San Sebastián
Yo me esfolio, tu te esfolias... Es lo que tiene el amor, o la carne, que es materializarse de esta guisa y nos olvidamos de los peligros que esconden las rocas: cangrejos y salientes afilados. Eso sí, además de carantoñas y calentones éstos se fueron esfoliados de la playa...
Javier Echezarreta/Efe
220406 - Galería Tunick en San Sebastián
"Los vascos no son tímidos, lo he demostrado" Dijo Tunick tras la sesión después de que los "pelotari fotográficos" o voluntarios brindaran una ovación al artista norteamericano. También les regaló un "Eskerrik asko" (gracias) y la promesa de volver. Y él siempre vuelve...
Pablo Sanchez/Reuters