Desencantado. Así está el artista chino Ai Weiwei, persona que ideó el estadio olímpico chino en colaboración con el equipo de arquitectos suizos Herzog & De Meuron. El motivo: la propaganda que hará China con su obra.
El Nido, como se conoce popularmente al Estadio Olímpico de Pekín, destaca por estar construido con una especie de entramado de acero que tendrá capacidad para 100.000 espectadores. Una obra que quiere exponer al mundo todo el potencial de China como nación, pese a las denuncias de censura y autoritarismo que sobrevuelan sobre las autoridades del país.
"Diseñarlo fue un auténtico gozo. El resto es una basura", explicó sobre su implicación en el estadio y la posterior construcción. Weiwei, de hecho, ha sido perseguido por el gobierno chino por su pensamiento.
"A mí me contrató un equipo de diseño suizo. Nadie que tenga que ver con el Estado me contrataría para semejante proyecto", concluyó en declaraciones a The Guardian.
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