Akram, de 23 años, ha visto denegado el permiso porque la selección iraquí, que se entrena y juega siempre en el extranjero, figura en el puesto 72 en la lista mundial de equipos nacionales, informa hoy el diario The Times. El ministerio del Interior sólo da permiso de trabajo a internacionales de los setenta primeros equipos de ese ranking.
"Es una decisión contra mi país. Estoy enfadado y también lo está el pueblo iraquí. Muchos compatriotas esperaban que me convirtiese en el primer iraquí en jugar en la liga británica", declaró Akram al periódico.
El centrocampista dijo haber renunciado a su sueño de jugar para el Manchester City y agregó que ahora probará su suerte en algún otro país europeo, "donde sea bienvenido".
El Gobierno de Bagdad ha pedido al de Londres que reconsidere su negativa y algunos le han instado también a hacer una excepción en este caso, dadas las condiciones en que tiene que jugar la selección iraquí. Según Ahmed Abbas, de la Federación Iraquí, Akram "es el embajador futbolístico de Irak en Occidente, y de ahí la profunda decepción sentida por todos".
Abdul Rahmad Rashid, que está al frente del Zawra, equipo bagdadí en el que Akram comenzó su carrera, afirma que sería un orgullo para los iraquíes que ése jugara en el Manchester City. Como el resto de sus compañeros de equipo, Akram se niega a revelar si es chiíta o suní. El año pasado jugó en el club Al-Ain de los Emiratos Árabes Unidos.
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