El partido comenzó con un equipo local un tanto espeso en ataque, y el tanteo estuvo igualado en estos primeros minutos. Pero el Barcelona sólo necesitó que Navarro despertara para comenzar a marcharse en el marcador. Por desgracia para el equipo vasco, el escolta blaugrana no tardó en hacerlo y, así, los catalanes terminaron el primer cuarto con su máxima diferencia hasta el momento, 18-10.

 

El segundo cuarto comenzó de nuevo con empuje local. Banic intentaba que los azulgrana no se fueran demasiado, y Scott y Weis también aportaban lo que podían. Sin embargo, el Barcelona no mandaba sólo en el marcador, también lo hacía ya con claridad en el rebote (22-12 al final de la primera mitad). Con este panorama, el equipo que dirige Dusko Ivanovic puso la directa y comenzó la escapada. El encuentro se rompió del todo cuando Kakiouzis, en el minuto 16, sumó seis puntos de forma consecutiva y puso el luminoso en 34-18. Para más inri, el tiro exterior de los visitantes tampoco funcionaba (0 de 6 en los primeros 20 minutos) y el Barça anotaba sin dificultades desde la línea de 6,25. Así, el segundo parcial concluyó con un 43-26 que ponía a los de Vidorreta las cosas muy cuesta arriba para los dos últimos cuartos.

 

 

El tercer cuarto sirvió para que la diferencia continuara creciendo. De la mano de Kakiouzis y Williams, el Barcelona se fue hasta los 20 puntos de ventaja (50-30 en el minuto 25), y el tercer periodo concluyó con un más que claro 64-41.

 

El último parcial fue también el más equilibrado. Con un Barça que tenía el partido en el bolsillo llegó la tranquilidad local y el técnico del Lagun Aro aprovechó para dar minutos a los menos habituales. Salgado y Montáñez redujeron a 18 puntos su desventaja a base de triples, pero una canasta de Sada desde el mediocampo puso el definitivo 81-57 para un Barcelona que se fue muy superior.