Después de que la Unión Ciclista Internacional (UCI) propusiera firmar a los ciclistas un código ético en el que se comprometían a luchar contra el dopaje antes del Tour -la organización de la ronda gala les obligó-, ahora les toca a los mánagers y las personas que integran la estructura del equipo.
El documento, donde se acepta la sanción económica además de las repercusiones deportivas en caso de dopaje, debe ser firmado antes del 1 de agosto. La UCI lo ha llamado "compromiso por un nuevo ciclismo" y es similar al denominado como "Código Ético".
La medida está destinada a representantes, directores deportivos, médicos y colaboradores de los equipos e implica la prohibición de "animar al dopaje y cerrar los ojos ante él" y el compromiso de "colaborar con las instancias de la lucha contra el dopaje".
En caso de incumplimiento, el castigo sería igual al fijado para los ciclistas: una sanción económica equivalente al salario anual del infractor, que debería abonarse al Consejo de la Lucha Contra el Dopaje (CLCD), organismo del que son representantes los corredores y los equipos.
Los nombres de los firmantes se publicarán en la página web de la UCI.
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