No todo son bicis y ciclistas en el Tour. Cada equipo mueve tras de sí una gran infraestructura enorme... y pocas veces conocida.

Es lógico; la carrera más importante del calendario exige cierto nivel de apariencia. Como si de unos zapatos nuevos se tratase, todos los equipos acuden a la ronda francesa con sus mejores galas, además de sus mejores equipos.

También está el hecho de que durante tres semanas la formación no tiene hogar. El Euskaltel-Euskadi, por ejemplo, pernoctará en 17 hoteles diferentes durante esta edición, alojamientos de dos, tres y cuatro estrellas. Un circo emigrante.

El conjunto naranja, además, tiene en esta edición dos autobuses. Uno, para pasajeros, con capacidad para doce personas y que, prácticamente, es como una casa.

Aparte de una cocina perfectamente equipada, dispone de dos duchas, un servicio y una zona de sofás en su parte posterior.

Entre las comodidades de su cocina no podían faltar una nevera, un fregadero, un microondas, una cafetera exprés y varios armarios. A este bus tampoco le falta una televisión de plasma de 34 pulgadas.

Si el primero es como una casa, el segundo es como un taller. En él está el material necesario para afrontar cualquier reparación o modificación de las bicicletas, aunque también incluye otra cocina, equipada con lavadora, secadora, nevera, fregadero, microondas, cafetera express, armarios, aspirador y plancha.

El equipo también ha desplazado a Francia un furgón carrozado equipado con lavadora, secadora y almacén de ropa de competición, de calle y de regalo. Es la lavandería auxiliar y la intendencia de todo lo concerniente al textil.

Seis coches

La expedición humana del Euskaltel-Euskadi está compuesta por 25 personas: nueve corredores, un manager, un secretario técnico, dos directores deportivos, un jefe de prensa, un médico, un osteópata, cuatro mecánicos y cinco masajistas.

Los ciclistas tienen a su disposición cuarenta bicicletas, de las que 22 son para carrera en línea, 14 específicas para contrarreloj y 4 mucho más ligeras, y por tanto ideales para las etapas de montaña.

En carrera, además, utilizarán durante las tres semanas de la carrera 2.500 bidonesde agua.

Cada bicicleta suele llevar dos y muchos, por no decir la mayoría, acaba regalado o en el arcén de la carretera, aunque allí los suelen recoger los aficionados en un porcentaje alto.

El resto de la expedición se reparte en los coches y los autobuses. Los auxiliares del equipo también suelen ser los conductores de los autobuses, aunque también viajan en alguno de los cuatro vehículos de carrera: el coche del primer director, el coche del segundo director, el vehículo que se coloca en el avituallamiento y el que está en meta para preparar la llegada de los corredores.

En el caso del Euskaltel, aún hay dos vehículos más en carrera, cuya misión es la de atender a los invitados o realizar labores de representación. En ellos viajan el manager y el jefe de prensa.