Desde un enclave de tan exótico nombre como Mooloolaba han seguido llegando buenas noticias para el triatlón español en este arranque de temporada. Si una semana atrás el balear Mario Mola se imponía en la primera prueba de las Series Mundiales, en Abu Dhabi, desde Australia, este fin de semana, y con permiso de la medalla de bronce de Vicente Hernández en la misma prueba, llegó el primer gran éxito internacional de Tamara Gómez Garrido, otro talento forjado en el Centro de Alto Rendimiento de la Blume de Madrid, donde ha estado ejercitándose durante cinco años.

En territorio austral, la ilicitana, otra integrante de esa ‘nueva ola’ como la extremeña Miriam Casillas, acabó batiendo a la canadiense Amelie Kretz en la Copa del Mundo (el segundo circuito global de este deporte desde la creación de las Series Mundiales) después de un intenso pulso en el definitivo segmento de la carrera a pie.

Otro apellido 'Gómez' para un triatlón que también tiene mucho de Raña. "No sé si nuestra generación es hija de los éxitos de Iván Raña, lo que sí sé es que él es un referente para muchos de nosotros, al igual que lo es Javier Gómez Noya o Ainhoa Murua", valora para 20minutos la discípula de Carlos Prieto, que debutó en un evento ITU en 2010 y ha tardado un lustro en estrenar su palmarés. La guipuzcoana, de hecho, firmó los últimos éxitos femeninos en este circuito (Guatapé 2013).

Sobre los objetivos, Tamara Gómez lo tiene claro: "El principal es estar en los Juegos de Rio 2016, para eso estamos trabajando duro y esto está dando sus frutos. Los objetivos a corto plazo son con vistas a conseguir el objetivo final (los Juegos), y no son otros que intentar hacer el mejor puesto en cada carrera. Aun así, también me gustaría preparar con más mimo el Campeonato de Europa de este año, que será en Ginebra", comenta Gómez desde Australia.

Todos los triatletas suelen tener una modalidad que ejerce de chispazo, de cimiento, de punto de partida, y en el caso de esta alicantina estudiantes de Veterinaria es el mundo acuático. "Hacía natación desde pequeña, pero no se puede decir que destaqué nunca. También me gustaba correr y se me daba bien, pero mi deporte de procedencia es la natación", recuerda una Gómez que, a estas alturas de la vida, no tiene ninguna disciplina que le resulte más especial: "No tengo un segmento favorito. La carrera a pie es donde más cómoda me encuentro en competición porque quizá es en el que mejor me desenvuelvo".

Aunque los estudios, confiesa, los tiene un poco parados, su pasión por los animales le viene de lejos y será una luz que, como decía la canción, nunca se apagará. "Desde que tuve uso de razón supe que quería ser veterinaria. Ahora lo tengo aparcado pero mi intención cuando deje el deporte de élite es acabar la carrera y ejercer como veterinaria”, aporta. "Tengo animales en casa, sí… bueno, en la de mis padres, que todavía sigue siendo mi casa aunque no viva allí (risas). Son ellos los que los cuidan. Me encantan los animales, pero estoy viajando durante todo el año… Aunque viviera en una casa fija todo el año ahora mismo no tendría ninguno a mi cargo porque no podría dedicarle tiempo".

¿Qué es lo que más le gusta de su deporte? "Lo que más, lo dinámico que es. En carrera pueden pasar mil cosas y hay muchas ‘sorpresas’. Además no se hace monótono el entrenarlo porque son tres disciplinas, y es divertido ver cómo tu cuerpo se va a adaptando al cambio entre una disciplina y otra, y al final bajarte a correr después de la bici que al principio es horrible, luego es lo más normal del mundo, y casi corremos igual de rápido de parado que después de la bici".

Gómez, la chica del piercing en la nariz, también quiere romper el tópico de la exigencia de este deporte y de la inexistencia de vida social: "¡Claro que tenemos vida social! ¡Si no, nos volvemos locos! (risas). A mis amigas de toda la vida las tengo lejos, pero por suerte me entreno con gente que no sólo son compañeros de entrenamiento, sino amigos también, así que además de pasarlo bien entrenándonos, también tenemos muy buenos ratos sin pensar en el triatlón". En su caso, ayuda el factor sentimental. Su pareja es el canario Vicente Hernández, bronce en Mooloolaba. Carolina Routier, otra integrante de la conocida como TriArmada, es la pareja de Mario Mola.